El bloguero Pérez Hilton, que ganó notoriedad por airear los secretos de celebridades, afirma que su autobiografía TMI: My Life In Scandal refleja cómo su crianza en Miami y su “adicción” a la fama lo llevó a socializar con artistas de la talla de Amy Winehouse, besar a John Mayer y a ser traicionado por Lady Gaga.
Mario Armando Lavandeira, nombres y apellido reales del cubanoamericano bajo el personaje de Pérez Hilton, soñaba con hacer un libro sobre la transformación física y emocional que vivió en la pasada década al intentar bajar de peso, pero descubrió que “nadie quería recibir lechuga de mi parte”.
Para lo que sí había “apetito” era para la historia de cómo pasó de ser un “cubanito” de Miami al bloguero más famoso del mundo.
“Querían una hamburguesa de McDonalds llena de chismes, no consejos de bienestar. No querían leer sobre Mario, sino sobre Pérez Hilton y decidí dárselo”, relata Lavandeira sobre cómo nació TMI: My Life In Scandal (Chicago Review Press), que en español sería Demasiada Información: Mi vida en el escándalo.
Cuando habla del bloguero, el autor se refiere a la personalidad “escandalosa, mal intencionada y en muchos casos inconsciente” que creó durante la primera década de los 2000 y que volcó en su blog homónimo.
Allí contaba historias sórdidas de los famosos, acompañadas de fotos sobre las que hacía garabatos de colores.
“Revolver los recuerdos, revisar las publicaciones, armar toda la historia se llevó unos dos años en total. Encima, los escritores que me ayudaron viven en Suecia y les gusta hacer todo en persona. Fue largo”, reconoce el autor, que vive en Los Ángeles (California) y quien ha bajado entre 80 y 100 libras (36 y 45 kilos) de peso entre 2012 y 2014.
También se convirtió en un activista a favor del colectivo Lgtbiq+ y en contra del racismo.
Lea también
Los escritores Leif Eriksson y Martin Svensson le convencieron de que incluyera las historias de su infancia, en el seno de una familia cubana inmigrante en Miami, y cómo “pasé de ser un 'cubanito', con una gran ética de trabajo que me dieron mis padres, a ser Pérez Hilton”.
“De cómo salí del closet, lo difícil de mis comienzos. El libro incluye todo eso”, detalla.
Pero también hay mucha “hamburguesa grasosa”, como su amistad con Lady Gaga, a quien acusa de haberlo “usado”; un muy criticado beso en la boca con John Mayer y su amistad con la fallecida artista británica Amy Winehouse.
“Era una época loca en la que todos éramos adictos. Muchos a las drogas, al alcohol o a la comida, pero todos estábamos adictos a la fama”, reconoce.
Arrepentido de utilizar “un tono cruel”
“Por esa adicción a ser notados, a que se hablara de nosotros, a que se escribiera o sacaran cosas de nosotros, buscando la próxima dosis hicimos cosas terribles. Yo me arrepiento de muchas cosas que publiqué. Del tono tan asqueroso que usé. No había necesidad”, admite.
Lavandeira describe los primeros años de su blog como el “oeste salvaje”. Era la época en la que comenzaba la cultura del influencer, que domina muchas corrientes de opinión hoy en día.
A pesar de su mea culpa, Lavandeira tiene claro que “lo hecho, hecho está, y que es fácil ver los errores a la distancia, pero sigo deseando no haberlo hecho así. Pienso en personalidades como Walter Mercado y Richard Simmons que capturaron la imaginación de la gente sin recurrir al tono negativo y cruel que yo escogí”, revela.
Justamente es ese el mayor contraste entre su libro y las publicaciones que llevaron a su blog a ser el más leído entre los amantes de chismes sobre famosos de Hollywood, lo que abonó la tierra de la controvertida publicación multimedios TMZ.
El libro tiene una redacción ligera. Anécdotas interesantes, pero inocuas. Las revelaciones son llamativas. Da nombres, todos de la lista “A” de los famosos, y no le deja al lector la tarea de adivinar de quién se trata. Sin embargo, los chismes compiten con la historia de esfuerzo y redención del autor.
Padre, ante todo
A sus 42 años, Lavandeira se define primero como padre y luego como hijo. Su identidad profesional sigue mucho después.
El bloguero tiene tres niños: Mía Alma, Mario Armando y Mayte Amor Lavandeira, nacidos entre 2013 y 2017 de vientre de alquiler y que cría con la ayuda de su madre, Teresita.
“Mi mamá y yo tuvimos crisis gigantes. Ella no tomó muy bien que yo fuera gay, pero ahora ella es mi mejor amiga”, reflexiona sobre “las vueltas que da la vida”.
Sus hijos y los éxitos de su publicación (según se ha dicho, fue la primera en el mundo en anunciar la muerte del dictador cubano Fidel Castro), además de poder usar su fama para luchar contra cualquier tipo de discriminación y abuso se cuentan como logros en su carrera.
Lavandeira se declara “sorprendido con el éxito del libro”.
“Está siendo una gran experiencia, aunque lo que más he disfrutado es lo mucho que les ha gustado a los fans, que han estado conmigo durante estos 15 años”.