La conocida conductora cubana de “El Gordo y La Flaca”, Lili Estefan, habló en el programa online de su familia “Red Table Talk”, sobre el duelo eterno y drama que vivió en su vida tras el suicidio de su madre.
Tanto Gloria, Lili y Emily Estefan aseguraron desde el inicio de este show que el espacio tenía la intención de hablar de temas interesantes para todo el público e intentar ayudar si alguien estaba pasando por las mismas situaciones que se tratan y en esta ocasión, las tres hablaron de cómo han logrado soportar las muertes más significativas para ellas.
Por su parte, la conductora de “El Gordo y La Flaca” se sinceró sobre lo difícil que fue para ella enfrentarse al suicidio de su mamá. La madre de Lili se suicidó cuando ella era una niña apenas.
“Vengo de una familia que hemos batallado con la salud mental (…) Mi historia viene de mi niñez, de mi mamá. Cuando ella murió yo tenía como 10 años y medio, 11 años”, dijo la presentadora cubana de 53 años.
"Varias veces yo llegaba de la escuela y ella estaba inestable otra vez (…) Yo lo veía, lo veía en sus ojos, en su lenguaje corporal. Ella cambiaba, era como otra persona. Ella estaba deprimida", continuó Lili.
Lili Estefan recuerda el día de la muerte de su madre con mucho dolor y cree que la llegada del comunismo de Fidel Castro a Cuba afectó emocionalmente a su madre que tuvo que desarraigarse y empezar desde cero en una tierra extraña siendo de una familia adinerada en la isla.
"Ella no pudo hacerle frente a todo. No tenía a su familia ahí (…) Ese era un momento horrible en Cuba", añadió.
"Nunca he hablado sobre eso por respeto a todas las personas que pasaron por el proceso. Soy una figura pública y cada vez que trataba de hablar de eso no podía, solamente lloraba (…) Creo que esa fue mi depresión. Yo miraba para atrás y pensaba: 'Pudimos haber hecho algo”, concluyó.
Mientras Gloria, su hermana Becky y su hija Emily recordaron al público que cuando la madre de ambas, doña Gloria Fajardo partió del mundo, toda la familia estaba junto a ella sosteniéndole sus manos.
Aseguraron que aunque ya han pasado tres años, el dolor por su ausencia se siente mucho, aunque reconocieron que para ellas es mejor recordarla con amor que lamentarse.