Últimamente los dirigentes del castrismo parecen malos comediantes en vez de políticos. ¿O es que siempre ha sido así, pero ahora lo notamos más gracias a las redes sociales? Los cubanos, como es tradición, corresponden a las idioteces de las autoridades con el choteo y la burla mediante memes, parodias musicales y todo tipo de “venganzas” humorísticas contra los responsables de esta desgracia nacional.
El más reciente material de meme ha sido el espía Gerardo Hernández Nordelo. En su cargo oficial de vicecoordinador nacional de los Comité de Defensa de la Revolución (ese gran sistema de delación a nivel de barrio), anda por toda la isla, reloj Rolex en mano, mandando a los cubanos a sembrar ellos mismos lo que puedan en sus casas, porque no habrá comida pronto y deben ayudar al pobrecito Estado a cumplir sus obligaciones y promesas.
El espía sin cabellera y sin vergüenza, se atrevió a proponer, comenzando esta semana, que los cubanos cultivaran una piña por cada CDR. Con una fruta en la mano y rodeado de decenas personas con sus mascarillas puestas, cometió el ridículo –como fiel soldado del “Limonadista en Jefe” Miguel Díaz-Canel– de asegurar:
“Ustedes representan a varios CDR. El país tiene cerca de 138 000 CDR. Si un solo cederista por CDR se le ocurre sembrar una piña; uno solo por CDR, ¿de cuántas piñas estamos hablado? 138 000 piñas. En el momento en que vivimos nosotros que el Estado tiene dedicar recursos importantes a importar alimentos es un aporte significativo”.
Es doblemente indignante esta campaña de Gerardo Hernández porque la dictadura, como se supo ayer, no importa piñas, sino que quiere exportarlas a otros países como hace con muchos otros alimentos que el cubano añora, pero no come.
Como el hambre en este desgraciado archipiélago está lejos de terminar, y la barriga de los cubanos no se llena con las estupideces del espía hortelano que predica, mas no siembra, solo queda reírse a mandíbula batiente de los tiranos y sus secuaces, en lo que llega la hora de la liberación.
Por eso le compartimos una divertida obra satírica en la que se canta: “Al espía le gusta la piña pelá”. El breve tema es una parodia del estribillo de aquella guaracha, “A maría le gusta…”, popularizada hace muchos años por –¡oh, ironía! – el septeto Sierra Maestra.
La colaboración entre el humorista Javier Berridy y la página Los memes de Luis, no podía estar mejor pensada, porque la canción original establece un doble sentido de interpretación entre la fruta que le gusta comer sin cáscara a María, y el órgano sexual masculino. Ciertamente, cuando uno escucha al espía decir tantas sandeces, también piensa que está comiendo tremenda “piña” con su adulonería y defensa del régimen.
Al final del día, los castristas son “los verdaderos descarados que día a día se ríen del pueblo”, como bien dicen en Los memes de Luis.