San Isidro, hoy y siempre, protege a tus hijos

Hoy se conmemora la festividad de San Isidro Labrador, santo que da nombre a una pobre barriada habanera que no ha permitido que se extinga la llama por la libertad de Cuba
Acuartelados de San Isidro, en noviembre de 2020
 

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Es 15 de mayo, día en que se conmemora la festividad de San Isidro Labrador, quien desde su canonización en 1622 es el patrono de la Villa y Corte de Madrid. 

San Isidro es también el patrono de los agricultores y de varios pueblos con tradición agrícola, por lo que su culto, destaca la web del Museo del Prado, que este sábado comparte virtualmente obras que recogen diversos episodios de la vida y milagros del santo, está muy arraigado en todo el mundo católico.

Sin embargo, en Cuba, en los últimos años, San Isidro encarna un vibrar popular que trasciende por mucho la esfera agraria y se inserta en la vanguardia del activismo contra las arbitrariedades y violaciones del régimen a los más elementales derechos y libertades individuales.

El santo da nombre a una barriada pobre habanera donde se ha gestado, a través de un movimiento artístico y social, una batalla importante por la libertad del cubano.

El Movimiento San Isidro (MSI) se define como “un movimiento de vanguardia con incidencia en la protección, promoción y defensa de los derechos civiles y culturales en la Cuba presente y futura”. Desde su surgimiento ha debido enfrentar la represión del régimen, opuesto a cualquier manifestación de disidencia o activismo independiente que cuestione su naturaleza restrictiva de los derechos humanos y las libertades.

El arresto del joven rapero contestatario Denis Solís, a fines del pasado año, motivó una protesta sui generis de varios miembros del MSI y otros activistas simpatizantes, que fungió como chispa o detonante de numerosas manifestaciones populares de rechazo al régimen.

Unos 17 fueron los acuartelados en la sede del MSI, en la calle Damas. Su protesta pacífica, acompañada del emprendimiento de una huelga de hambre por varios de los activistas, puso en franca evidencia la naturaleza represiva del gobierno de la isla, que ordenó finalizar la manifestación bajo el pretexto de la contingencia sanitaria por la pandemia de COVID-19.

Desde ese entonces, la represión contra el movimiento y sus simpatizantes no ha cesado. Como protesta ante ello, Luis Manuel Otero Alcántara, uno de los rostros más visibles del MSI, inició una huelga de hambre y sed que también fue interrumpida por la fuerza por los órganos represivos del régimen, en complicidad con las autoridades sanitarias.

Este sábado el artivista cumple dos semanas en el hospital Calixto García, donde amigos y compañeros de causa denuncian que está secuestrado. El régimen ha informado sesgadamente sobre su estado de salud y ha destacado que el paciente está conforme y agradecido con las atenciones recibidas.

Asimismo, ha aseverado que se encuentra bien de salud, pero no lo da de alta y mantiene un estricto operativo policial y de seguridad en el hospital y sus alrededores, para evitar manifestaciones de apoyo al activista.

Además de Otero Alcántara, recluido en el hospital, las fuerzas represivas mantienen cautivo a Esteban Rodríguez, otro de los acuartelados en noviembre. Junto a una decena de activistas, también recluidos, Rodríguez se manifestó el 30 de abril en la céntrica calle de Obispo, para exigir ver al líder del MSI y reivindicar las demandas de éste.

Los manifestantes de Obispo fueron apresados y hoy enfrentan procesos por presunto desorden público. Desde el arresto permanecen privados de su libertad, lo que, unido al cerco policial que continuamente enfrentan en sus domicilios otros activistas y miembros del MSI, como el rapero Maykel Osorbo, dibuja una oleada represiva cuyo fin no se vislumbra en el corto plazo.

Por todo ello, este 15 de mayo, día del patrono de los agricultores y de la valiente barriada habanera, resulta una jornada idónea para pedir a San Isidro que hoy y siempre proteja a sus hijos y devotos, sobre todo a aquellos que con valentía luchan para que no se extinga la llama de la libertad en uno de los últimos reductos dictatoriales.

 

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