Régimen impidió por 22 días que menor detenido tras 11J tuviera su medicina

Naika Rosa Santana no pudo entregar medicamentos a su hijo con "retraso mental ligero", un menor detenido tras las protestas del 11 de julio en Cuba
 

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Durante 22 días el régimen cubano negó el acceso a su medicamento psiquiátrico al menor de edad Christopher Llenoart Santana, detenido tras las protestas que estallaron el 11 de julio.

"Ayer, al cabo de 22 días, Naika Santana pudo llevarle por fin a su hijo de 14 años (...) el medicamento haloperidol que debe tomar sistemáticamente para su trastorno siquiátrico y que no ha consumido desde su arresto el día 17 de julio", confirmó la periodista Ivette Leyva Martínez.

Leyva Martínez calificó de "aberrante" el tratamiento del gobierno a los menores detenidos tras las manifestaciones. El grupo de activistas voluntarias coordinado por la ONG Cubalex, en el que participa la comunicadora, ha registrado hasta el momento la detención de 33 menores de 18 años y con 18 años cumplidos. De ellos, 21 están en excarcelación, 10 continúan en detención, y 2 casos aún están en proceso de verificación, informaron.

Sobre el caso de Christopher Llenoart, la periodista Leyva Martínez denunció que "en todo ese tiempo Naika no lo ha podido ver, solo hablar por teléfono con él. Christopher está acusado de tirar piedras en una protesta posterior al 11J. ¿Cómo es posible que una madre no pueda ver a su hijo menor de edad en casi un mes? ¿Cómo se puede tener preso casi un mes a un niño por tirar piedras?"

La comunicadora recuerda que el menor "tiene una historia clínica (...) que avala sus trastornos siquiátricos y ha tenido incluso intentos de suicidio. (...) En este caso, tratándose de un menor con trastornos de salud mental, es más injusto aún el tratamiento que ha recibido".

Opina que los menores encarcelados están en una situación más vulnerable que los adultos. "Tal como explica la abogada Laritza Diversent, la justicia se imparte de forma extrapenal y por tanto no tienen derecho siquiera a debido proceso. Estos menores quedan bajo la tutela de las autoridades carcelarias y los padres pierden de facto la patria potestad sobre ellos", añadió Ivette Leyva Martínez.

 

Su madre denunció golpes y maltratos

Christopher Lleonart Santana presenta “retraso mental ligero”, lo que no importó para que fuera recluido tras las manifestaciones del 11 de julio en un centro para menores, donde lo habrían golpeado oficiales del Ministerio del Interior (Minint), denunció su madre en declaraciones a ADN Cuba.

Naika Rosa Santana Leiva dijo a este medio que a las 3 de la madrugada del 17 de julio la policía arrestó a Christopher Lleonart (14 años), su único hijo, a quien acusaron de “vandalismo” por participar en las protestas antigubernamentales.

El día de la detención, “lo procesaron en la estación de policía de Cuba y Chacón, en La Habana Vieja. Estuvo ahí 12 horas bajo investigación. A mi hijo me lo maltrataron”, declara Santana Leiva.

Las autoridades determinaron enviar al adolescente al llamado Centro de Formación Integral “José Martí”, conocido como “El Combinadito”, institución de internamiento para menores rectorada por el Minint y ubicada en Guanabacoa (cerca de la cárcel para adultos Combinado del Este).


Aunque oficialmente es un “centro de reeducación” con fachada de escuela, en la práctica funciona como una prisión para jóvenes que por su edad no pueden ser enjuiciados como adultos.

“En el momento en que se lo llevaban para El Combinadito quisieron ponerle las esposas. Yo como madre me negué, porque a un menor no se le ponen esposas”, afirma Naika Santana.

“Ayer hablé con mi hijo y me dice que le están dando golpes, que le están dando galletas [bofetadas]… a mi hijo menor de edad, con problemas especiales”. Explica que Christopher tiene “retraso mental ligero”, certificado por profesionales de la salud, y no está recibiendo medicinas.

“Mi hijo toma medicamentos, desde los 5 años se atiende con un psiquiatra y no se los están dando. Ahora cada vez que me llama, me dice que los oficiales de ahí le están golpeando. Él es un niño con problemas mentales, tiene sus papeles sus certificados médicos”.

Naika Santana refiere que, a pesar de su condición, él “fue tratado como un delincuente. No tuvieron en cuenta que es un niño con retrasos mentales”.


Desde el internamiento del adolescente, su madre no ha podido verlo, solo ha recibido algunas llamadas que por lo general la dejan más angustiada que antes.

“Hablar de esto me hace un nudo en la garganta, me pongo a llorar”, confiesa a ADN Cuba. “Hace unos días hablé con él por teléfono y me dijo que un policía le ordenó que pusiera sus manos hacia delante y le cayó a golpes con un cinto (…) ahora mi hijo tiene un dedo hinchado”, denuncia.

Este miércoles 28 de julio, Naika Rosa Santana volvió a llamar a centro de internamiento. “Y me sale una instructora llamada Yolanda, la cual me trató con muy mala forma, y me puso a mi hijo. Cuando Christopher cogió el teléfono lo primero en decirme fue que un guardia le cayó a galletas”, dijo la madre.

Christopher Lleonart Santana está en una especie de limbo. Aunque las autoridades policiales lo ven como un “vándalo”, no pueden enjuiciarlo como a un adulto, de ahí que el menor no tenga derecho a un abogado que lo defienda ante esas acusaciones que su madre asevera que son “injustas”.

Según la Unicef, los menores de 16 años que cometen hechos que la ley cubana tipifica como delitos, son atendidos a través de un “proceso administrativo”.

Esto ocurre en los Centros de Evaluación, Análisis y Orientación a Menores, bajo la jurisdicción del Ministerio del Interior, donde un representante del Ministerio de Educación, otro del Minint y un psicólogo le hacen al adolescente “una evaluación” y determinan si lo internan.

“Pero eso es igual que un juicio sin defensa. Él está pasando lo mismo que pasa un adulto, lo están procesando injustamente”, denunció la madre de Christopher.

Este jueves Naika Rosa Santana y el padre de Christopher volvieron a comunicarse con el centro de reclusión para menores y una guardia que respondió la llamada les dijo que él estaba “tranquilo” en el Destacamento 2, un lugar que según la madre “viene siendo una celda”.

Para mayor desasosiego, antes de su reclusión actual el adolescente ha tratado de “quitarse la vida dos veces producto de su enfermedad”.

“Soy una madre que está desesperada, estoy sin vida, y quiero que a mi hijo lo suelten. Aquí en cuba me lo tienen preso injustamente”, concluyó Naika Rosa Santana.

 

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