La invitación del Partido Comunista de España al trovador cubano Silvio Rodríguez para que tocara en Madrid este octubre le costó más de 30 mil euros, según un reporte del diario español ABC.
El columnista Salvador Sostres reveló que el cantor de la dictadura castrista consideró la idea de cantar en las fiestas del Partido Comunista con dos condiciones: que estos corrieran con los gastos del viaje y que le buscaran otro concierto en Madrid.
Según Sostres, el Partido pagó dos boletos de avión en primera clase o business para él y su señora, la flautista Niurka González, por un valor superior a los 5 mil euros por persona. Además de los vuelos en clase turista (al precio mínimo de 700 euros por cada uno) del resto de la banda.
Por si fuera poco la pareja se alojó en un hotel cinco estrellas de la capital española. El reportero indicó que cuando visita Barcelona, Silvio va siempre al Majestic y que en Madrid prefiere el Palace. En esta ocasión cambió dos veces de alojamiento por temor a las protestas de cubanos en su contra en Madrid.
“En cualquier caso, al Partido Comunista, darse el gusto de tener a Silvio no le costó menos de 30.000 euros”, añadió Sostres. Además del concierto del 26 de septiembre, ofrecido en el Auditorio Miguel Ríos, en Rivas, Rodríguez actuó el 2 de octubre en el Wizink Center. Al término gritó consignas contra el bloqueo y no contra la dictadura.
Para “calmar” los antagonismos, Silvio indicó que “los fondos recaudados serán destinados por Medicuba-España a la compra de medicamentos”. Pero según Sostres lo que realmente donó es lo que quedó de sus “onerosos gastos”.
“Silvio está acostumbrado a hacerse el héroe entre toneladas de cinismo. El 31 de marzo de 1990, dos años después de que el general Pinochet dejara el poder tras convocar y perder un referendo sobre su continuidad, el cantautor castrista dio un recital en el Estadio Nacional de Chile ante 75.000 personas. Y tuvo el nervio, el arrojo y la sangre fría de felicitar «en nombre del pueblo de Cuba al pueblo de Chile por la democracia»”, concluyó el columnista.
