El importante artista cubano Pedro Pablo Oliva recordó este viernes que, una década atrás, lo expulsaron de la Asamblea Provincial del Poder Popular en Pinar del Río, donde se desempeñaba como delegado. Sobre él se tejió un manto de calumnias y censura en instituciones y medios oficialistas.
“La mañana del 14 de mayo de 2011 quedó grabada para siempre en mi memoria. Sería uno de los momentos más importantes de mi vida”, recordó mediante un post en sus redes sociales.
“Llovía fuerte, había sido citado días antes por una comisión de ética creada por el gobierno de mi provincia con el objetivo de expulsarme, como delegado, de las filas del Poder Popular”.
Para la arremetida tomaron de pretexto una carta de Oliva a la periodista disidente Yoani Sánchez (publicada en el blog Generación Y), y una entrevista con Edmundo García para su programa “La tarde de mueve”, en una emisora de Miami.
“Mis declaraciones no agradaron a los funcionarios del Gobierno, el Partido [Comunista] y mucho menos a la estructura militar. Me convertí, por arte de magia, en la papa podrida del saco, por violar, supuestamente, su código de ética”, recuerda el Premio Nacional de Artes Plásticas, y ganador de los principales reconocimientos que se otorgan en el país a los creadores.
Sin embargo, aquello “fue como quitarme una mordaza”. Desde entonces, sufrió cancelación de exposiciones, censura en los medios estatales de mayor alcance e incluso acoso de la Seguridad del Estado, según su testimonio.
Por primera vez, este viernes publicó la declaración con la cual replicó a la comisión que lo enjuició en el gobierno provincial, hace una década. “Ha pasado el tiempo. Diez años después sigo creyendo en ellas”, refirió el maestro.
En su texto, aboga por los artistas que no acostumbran a quedarse “anclados en el terreno de lo que nos dicen, indagamos y vamos en busca de otra explicación del mundo con más libertades”.
“No aceptamos dogmas y nos parece mucho más convincente un árbol repleto de flores que la demagogia de un funcionario. No dejamos nunca de explicarnos la realidad y de intentar transformarla (…)”.
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El presidente de la Asamblea provincial entonces, Ernesto Barreto, fue quien le informó a Pedro Pablo Oliva de una supuesta denuncia presentada por otro delegado, “con el criterio de que ya no poseía los atributos y condiciones” para pertenecer al órgano de gobierno. “No quise ni preguntar el nombre del delegado, sino hubiera sido ese, otro hubiera encomendado el Partido para hacerlo”.
En su declaración de defensa, el artista explica que luego de su aparición en los medios mencionados, “algunos o casi todos los criterios vertidos molestaron sobremanera a la dirección del Partido, al Poder Popular, al Minint [Ministerio del Interior] y al Ministerio de Cultura y específicamente a su ministro [de entonces] Abel Prieto”.
“Busco como todo ser humano que ama su país, una sociedad mejor, que no siempre tiene que coincidir con las ideas de los funcionarios o los ideólogos del Partido. No idealizo ninguna sociedad, todas están ahí para mejorarlas con la crítica o el cuestionamiento”, sostiene el importante artista cubano en su alegato.
“Expresar las cosas así libremente es lo más sano y sincero que puede hacer alguien que ama su contexto, lo demás sería vivir con una máscara y doble moral. (…) Se me cuestiona también mantener relaciones de amistad con ciertos elementos contrarrevolucionarios. Los amigos los escojo yo, y la gente que me conoce sabe que lo mismo converso con un convencido comunista que con una vendedora de dulces”.
Pedro Pablo Oliva se define como “un hombre que ama la diversidad de pensamiento, que no soporta las imposiciones, mucho menos cambiar la lengua por economía”.
“Las sociedades donde todo el mundo piensa igual, en aspectos tan polémicos como la política o la ideología no existe y qué bueno. La inmovilidad de pensamiento es el cáncer de los procesos sociales, y su lentitud, el peor de los defectos”.
La publicación de estas palabras del artista agredido por el poder, fue saludada por la Embajada de Suiza en Cuba, cuya cuenta en Facebook escribió en el post: “Ampliar las libertades es el mayor reto de la política; restringirlas, la mayor tentación”.
Puede consultar íntegra la defensa de Pedro Pablo Oliva aquí.