Con el video clip “Cuba no se fue de mí” Orishas reafirma los logros que han marcado su carrera tanto a nivel artístico como de popularidad. La flamante canción del trío, integrado por Yotuel Romero, Hiram Riverí y Roldán González Rivero, está destinada a retomar el éxito entre los seguidores del grupo.
Filmado entre París y La Habana, el clip refuerza los elementos de la emotividad y la nostalgia manifestadas por la canción que enfatiza el arraigo del grupo en Cuba a pesar de la distancia y la emigración.
En el video el trío plasma su imagen de Cuba desde la añoranza, un elemento que bulle en toda la construcción audiovisual, cuya mayor pretensión es convertirse en una obra cautivadora que refleje la identidad trashumante del grupo y tal vez el dolor que sienten por su partida hace ya décadas.
Dirigido por el propio Yotuel Romero, el video es un canto de amor a Cuba que se resuelve con la puesta en escena de referencias culturales que identifican a la isla internacionalmente y a sus zonas más humildes.
Hay una intensa pulsión creativa que da protagonismo a las marcas que han caracterizado una gran parte de la producción audiovisual del grupo desde que debutó con “A lo cubano” en el año 2000, el disco que los lanzó al estrellato internacional.
El video recupera la mejor identidad de Orishas, que regresó en 2016 tras años de separación y publicó su más reciente álbum Gourmet, en el que colabora con artistas cubanos y foráneos de gran popularidad.
Definitivamente el audiovisual, cuyo logro principal es el de encauzar ese homenaje hecho desde al amor que propone Orishas, es una obra sin una hechura arriesgada a nivel conceptual, pero que cumple con el objetivo de acompañar y promover este tema que, sin dudas, tiene todos los resortes para convertirse en otro éxito del grupo.
Yotuel nos muestra un producto que no apuesta por el riesgo o la experimentación (ni tampoco es su propósito), sin embargo, alcanza su mayor eficacia en su facilidad para enfatizar armónicamente el mensaje descrito en el tema, una canción que demuestra, por otra parte, que el grupo no se ha podido desprender de los brotes de la nostalgia que han certificado en sus canciones a través del tiempo.
El video no muestra una nostalgia ascética o soterrada, sino que expone cómo el grupo ha podido cruzar por encima de ese puente emocional para seguir impulsando su carrera, sin dejar de mirar a Cuba y su decurso desde la distancia, un proceso, difícil y hermoso que ha caracterizado un segmento insoslayable del arte cubano en las últimas décadas.