La era Hans Haacke ha terminado

El gesto constituye la tercera acción que se realiza en el espacio independiente Procesual Art Studio, como parte del proyecto curatorial del artista Luis Gómez “La era Hans Haacke ha terminado”, inaugurada el 5 de diciembre
Parte de la obra
 

Reproduce este artículo

El sábado 21 de diciembre tuvo lugar en la galería independiente Procesual Art Studio, ubicada en la calle 17, no. 1217, e/ 20 y 18 en el Vedado habanero, la intervención “Mente perdida” del artista Ernesto Leal.

El gesto constituye la tercera acción que se realiza en este espacio como parte del proyecto curatorial del artista Luis Gómez “La era Hans Haacke ha terminado”, inaugurada el 5 de diciembre. Leal es el tercero de una lista de artistas que conforman el “remix” que se extenderá hasta enero del 2020 con la incorporación de los artistas Leslie García y José Madrigal Despaigne.

El proyecto de Luis Gómez parte del traslado de unos paneles que estuvieran expuestos en el Museo Nacional de Bellas Artes durante la XIII Bienal de La Habana y en este gesto son resemantizados, un claro homenaje a uno de los representantes más importantes del arte conceptual, el germano-estadounidense Hans Haacke.


La obra se enriquece cuando el autor invita y autoriza a que ésta sea intervenida por primera vez el 14 de diciembre por Eduardo Ponjuán. En “Cierra un ojo y dispara”, Ponjuán incorpora de manera aleatoria a los paneles fragmentados de Gómez antiguas portadas de discos de vinilo. El artista parece querer generar nuevas interpretaciones sobre lo que ya está o estuvo, cuestionamientos sobre lo propio o la autoría misma.

Le sucede la muestra de la que formamos parte ayer, “Mente perdida”, donde reaparece Ernesto Leal con una intervención diferente para la rutina contemplativa y festiva que por estas fechas se sucede en el panorama cultural habanero. Desde lo sensitivo apela a la confusión generada por una máquina de humo que produce una niebla espesa en el espacio de la galería.

Los espectadores quedan sumergidos, incómodos en una atmósfera poco clara, que no se entrega a una lógica convencional para entender la obra. Asimismo se adhieren a una de las paredes unos vinilos con los créditos de una de las obras de Hans Haacke.

El proyecto se erige como un laboratorio de experiencias, a través de la activación constante de la obra. Cada proceso se reconfigura con una nueva intervención encaminada a construir una exposición colectiva, un work in progress donde la participación del receptor adquiere un nuevo sentido en cada apertura, una operativa ya explorada en la historia del arte, pero que en la escena cultural cubana se agradece y disfruta.

De manera general vale acotar algo que está sucediendo con los espacios independientes en Cuba, y que queda en evidencia en estas exposiciones en Procesual Art Studio, el encuentro ocurrido en ArtistaxArtista sobre arte independiente y otros tantos. Sucede que los llamados “espacios independientes” se están contrayendo. Dígase en un contexto donde eventos como la Bienal00 o la campaña contra el Decreto Ley 349 habían demostrado que sobrevivir al paternalismo institucional era posible.

Sin embargo, la independencia se asume como una postura ante un régimen totalitario que cede, controla y permite a su conveniencia. Por tanto, perder el statu quo, la zona de confort permitida es un costo que no todo el mundo está dispuesto a aceptar.

Ante exposiciones novedosas como estas, y necesarias por supuesto, vale la pena cuestionarse: ¿son realmente generadoras de pensamiento? ¿Trascienden las inauguraciones? Definitivamente Procesual aboga por lo diferente en este proceso creativo, desde un accionar mínimo y, por supuesto, desde lo independiente-dependiente, pero que dinamiza la experiencia receptiva tradicional en Cuba. 

 

Relacionados