El poeta, narrador, ensayista, crítico de artes plásticas y pintor cubano, Pedro de Oraá Carratalá (La Habana, 1931), falleció este martes 25 de agosto. La noticia ha sido compartida por varios usuarios en las redes sociales.
Alex Fleites Rodríguez, escribió en su perfil personal en Facebook: “Vaya iluminado en el camino”, junto a una de sus icónicas obras.
Oraá, mereció el Premio Nacional de Artes Plásticas en 2015 y también recibió los lauros del Premio Nacional de Diseño del Libro (2011) y el Premio Maestro de Juventudes (2019).
Luego de graduarse de Pintura y Escultura en la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro, integró a partir de 1958 el grupo de Diez Pintores Concretos. En 1961 fundó las Ediciones Pálpite (La Habana) y unos tres años después se trasladó a Bulgaria, donde residió una época con el propósito de conocer la lengua y la literatura de ese páis. En 1964 cofundó la Editorial Belic.
Sus obras figuran en colecciones de varios países, algunas de las más relevantes se incluyen en las muestras del Museo Nacional de Bellas Artes (La Habana), Museo Universitario del Chopo (en Ciudad de México), Godwin-Ternbach Museum de la universidad Queen College (en Nueva York), y el Museum of Finest Cuban Arts (Viena).
El prestigioso artista, también cuenta con varias publicaciones y traducciones. Entre los textos de su autoría se pueden mencionar: El instante cernido, Estación de la hierba, Las destrucciones por el horizonte, Apuntes para una mítica de La Habana, Tiempo y poesía, La voz de la tierra, Suma de ecos, Umbral, La antología personal, Cifra Vida secreta de La Giraldilla. Sus poemas fueron traducidos al inglés, francés, alemán, polaco, ruso, búlgaro y sueco.
“La rígida compartimentación profesional a estas alturas de nuestra civilización no entiende ni acepta la diversidad de prácticas o la simultaneidad de vocaciones en un mismo individuo. La especie del «hombre renacentista» —aquel que cumplía con múltiples artes— al parecer ya se ha extinguido. Cuando el poeta José Lezama Lima se refería al «taller renacentista», pensaba en la congregación de creadores dotados no solo para quedarse en lo que hacían, sino para diversificar sus posibilidades. Me consuela conocer numerosos casos, en los tiempos que corren, que ejercen la libertad de otros oficios”, dijo el Maestro Pedro de Oráa en una entrevista publicada por la Revista Arte por Excelencia.
Este creador, símbolo del movimiento abstracto cubano, respondió a la siguiente interrogante en otra entrevista: ¿Cómo se define a sí mismo un pintor abstracto desde el punto de vista formal?: “Es aquel que percibe y descifra la realidad como interiorización y no como entorno y superficie. La realidad es cambiante y relativa, pero el objeto de la abstracción es fijarla en su aspecto no visible. El objeto abstracto se instala en el espacio de la realidad –sea pintura, escultura u otra materia recreada–, y pasa a ser objeto desconocido, pero real y concreto en su espacio”.