Este lunes abrieron en Cuba las tiendas destinadas a la venta de mercancías en divisas. En la primera fase de la medida— que busca evitar la fuga de divisas hacia el extranjero y competir en el mercado con las “mulas”— la venta se realiza en algunos establecimientos de La Habana y Santiago de Cuba, (12 en la capital y uno en Santiago de Cuba).
Desde los días anteriores a la apertura, usuarios de redes sociales y medios de prensa reportaban grandes aglomeraciones de personas en las unidades comerciales destinadas a cumplir con la nueva estrategia del régimen cubano en su lucha por salir de la profunda crisis económica en que se encuentra. En las tiendas en cuestión los cubanos podrán adquirir, dólares o euros mediante, equipos electrodomésticos de alta demanda como aires acondicionados, splits, refrigeradores, batidoras, etc.
La agencia EFE reportó este lunes que “cientos de personas esperaban desde la madrugada la apertura de los establecimientos”. Jesús Batista, un jubilado cubano que esperaba frente a uno de los establecimientos en el municipio Playa, dijo a la agencia que ahora “el pueblo tiene más oportunidades de adquirir cualquier artículo necesario y no tienen que viajar al extranjero”. El señor llevaba unas cinco horas en la fila para comprar un equipo de refrigeración, cuyo precio le pareció “asequible”.
Seguramente se refería solo a una parte del pueblo: aquellos con familiares en el extranjero con posibilidad de recibir remesas en “moneda dura”.
Otro de los testimonios indica la alta demanda de piezas de vehículos, que también comercializará el gobierno, y antes solo se conseguían en Cuba gracias al mercado negro, a partir de importaciones procedentes de países como EEUU, México, Panamá, Rusia o Haití.
En las tiendas habilitadas para la nueva modalidad de compra, las personas solo pueden pagar a través de tarjetas magnéticas respaldadas por cuentas bancarias, y no con dinero en efectivo. Del mismo modo, se trata de una venta “normada”, pues el cliente no puede comprar la cantidad de equipos que desee, sino una preestablecida por las autoridades, en un intento de evitar el posible acaparamiento y las reventas.
Además de las largas “colas”, los habaneros consultados por la prensa se quejaron de lentitud en el proceso de venta.
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La prensa extranjera acreditada y la prensa oficialista fueron testigos privilegiados del momento, según reseña el diario independiente 14ymedio, que pudo obtener testimonios en uno de los establecimientos. Según el reporte, algunos clientes compararon la escena como cuando ocurrió la dolarización en la década del 90, y antes de entrar a las tiendas los cubanos debían mostrar “los billetes verdes”. Ahora se les exige que muestren la tarjeta, dijo al diario un jubilado.
Asimismo, una embarazada en la fila contó que su necesidad es “una lavadora que también seque bien la ropa, porque vivo en un apartamento sin balcón y cuando nazca el bebé no sé dónde podré tender todo lo que se ensucie”.
De acuerdo con la información, no faltaron los típicos “coleros” que aprovecharon la alta demanda para vender turnos a 10 CUC con los que algunos clientes logran saltarse el orden de las filas.
La “inauguración” aconteció además en medio de una fuerte presencia policial. El reportero independiente Jorge Enrique Rodríguez, por ejemplo, denunció que fue detenido en el Vedado y liberado cerca de una hora después, mientras intentaba darle cobertura al suceso. Rodríguez contó que los agentes de la policía política le confiscaron una cámara fotográfica sin darle un documento de constancia.
El reportero aseguró a Diario de Cuba que “al menos las tiendas de 23 y C y del FOCSA en El Vedado se encontraban bajo la custodia de fuerzas de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) y la Seguridad del Estado”.
De acuerdo con la nota, los agentes estarían prohibiendo la realización de fotos a las largas filas, y las personas “se negaban a que le preguntaran sobre ninguna cuestión”.
Además de la apertura de la nueva modalidad comercial, el régimen de La Habana rebajó este lunes los precios de productos en tiendas que operan en CUC y CUP, como lavadoras, televisores y refrigeradores.