Clientes de la telefonía pública siguen denunciando mal estado del servicio

La telefonía pública sigue siendo una de las prestaciones primarias en la estructura telecomunicativa del país y en tal sentido se le destinan recursos e inversiones. Sin embargo, cada día hay más teléfonos en mal estado
Clientes de la telefonía pública siguen denunciando mal estado del servicio
 

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La telefonía pública sigue siendo una de las prestaciones primarias en la estructura telecomunicativa del país y en tal sentido se le destinan recursos e inversiones. Sin embargo, cada día hay más teléfonos en mal estado.

Según las reglas de Etecsa, monopolio de las telecomunicaciones en el país, se debe instalar un teléfono fijo de uso público cada 200 habitantes, pero la realidad dista de ello.

Para el periodo 2015-2018 se realizó el levantamiento en el país de 124 asentamientos poblacionales con entre 200 y 299 habitantes que carecían del servicio referido. Ello, según el censo de población de 2012 e informaciones dadas por funcionarios de esta empresa.

Y mientras Etecsa sigue planificando la distribución y el montaje de postes, medias cabinas y sistemas de protección a tierra para los equipos que están en avenidas públicas y expuestos a las inclemencias del tiempo, los que hoy existen presentan pésimas condiciones.

Hace apenas unos días Yansel Menéndez se encontraba en el Barrio del Juanelo, en San Miguel del Padrón, La Habana. Necesitaba llamar con urgencia y, tras caminar varias cuadras para buscar un teléfono público, encontró uno, ¡pero en qué condiciones!

“El teléfono público es un problema, pero es más problema cuando te quieren electrocutar”, publicó Yansel en su perfil de la red social Facebook.

Resulta que el único ejemplar disponible estaba en pésimas condiciones. Le faltaba la tapa al auricular. Una cinta adhesiva unía los cables restantes, pero algunos quedaban afuera, favoreciendo la ocurrencia de un accidente.

Imágenes como esta se repiten una y otra vez. A simple vista se observan daños como la pérdida de auriculares, la oxidación de los cables o el teclado y la inutilidad de las pantallas. También existen anomalías eléctricas. “Varias veces me ha cogido la corriente mientras estoy hablando”, dijo Roxana, una matancera que muchas veces deja de hablar con sus familiares por no encontrar un teléfono en buen estado.

Otro problema es el vuelto si durante la plática no se consumió todo lo abonado. “No importa cuánto eches, nunca devuelven nada. Si estás de mala suerte pierdes todo el dinero y ni siquiera llegas a marcar porque se ponen locos”, añadió Roxana.

Según Daniel Alejandro, técnico reparador, el monopolio cubano de las telecomunicaciones no cuenta con suficientes piezas de repuesto para reponerlas en todos los sitios donde hacen falta. “Lo más viable es recuperar algunos fragmentos de los aparatos que ya no tienen solución y colocarlos en aquellos que aguantan un poquito más”, señala.

Indagando en sitios de la prensa cubana encontramos criterios de otros usuarios, como contra repuesta al mal estado de los teléfonos públicos.

Ccubanísima, en Cubadebate, dijo: “Está bien que se mejore el servicio de telefonía pública, pero en estos momentos, no es lo que necesitamos. Queremos que amplíen la telefonía fija para la gran cantidad de hogares de la capital del país que no la tiene. En el reparto Chibás, de Guanabacoa, hace más de 12 años que no se realizan nuevas instalaciones a pesar de ser el principal planteamiento de los vecinos en la Asamblea de rendición de cuenta del Delegado. Etecsa sigue dando justificaciones que no convencen a nadie”.

Por su parte, José Luis Quiroga señaló que “la telefonía pública es muy cara y con las indisciplinas sociales con los teléfonos se hace más cara aun. Es malgastar el dinero que se recauda con los altos precios de la telefonía celular. Hay que hilar fino con la telefonía pública para que no sea un saco roto. Aumentar los teléfonos en casa y abaratar el precio de las llamadas por los celulares ayudarían a hacer más pública la telefonía”.

Cuando logremos que el pueblo pueda tener un celular y utilizarlo con una pequeña porción de su salario nos ahorraremos los gastos del mantenimiento de los servicios de telefonía pública; pero mientras eso no ocurra, es responsabilidad de Etecsa ofrecer un servicio digno en la telefonía pública, aún muy necesaria en la Cuba de hoy. 

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