El canciller ruso, Serguei Lavrov, llegó a Santiago de Cuba anoche y entre sus primeras actividades estuvo una visita a la tumba de Fidel Castro, en el cementerio Santa Ifigenia.
Lavrov depositó una ofrenda floral en el monumento al “Comandante en Jefe”, gesto que hizo extensivo a José Martí, Carlos Manuel de Céspedes y Mariana Grajales, con gran aparato de soldados, música solemne y personal diplomático ruso y cubano.
Al firmar el libro de visitantes de la necrópolis, el ministro ruso comparó a Martí con Fidel y Raúl Castro, a quienes calificó de “símbolos imperecederos de resistencia y generosidad”.
Durante el recorrido por el camposanto, Lavrov estuvo acompañado por su homólogo cubano, Bruno Rodríguez, con quien sostuvo una entrevista. No se conoce exactamente de qué hablaron, pues las declaraciones de Rodríguez se limitaron al consabido “ratificamos el excelente estado de los vínculos bilaterales y la voluntad de continuar profundizándolos en todas las esferas”.
Lavrov fue un poco más preciso: reafirmó la necesidad de perfeccionar el mecanismo de la cooperación económica entre Moscú y La Habana en medio de las sanciones estadounidenses, que calificó de ilegítimas.
El jefe de la diplomacia rusa señaló que estos temas se estudiarán a fondo durante la futura reunión de la Comisión mixta intergubernamental en Moscú.
Además, aprovechó para recordar que “Moscú confía en que el presidente cubano asistirá a las celebraciones del 75 aniversario de la victoria en la Segunda Guerra Mundial y del 60 aniversario de las relaciones diplomáticas” entre los dos países.
También expresó la esperanza de que Cuba envíe delegaciones a otros eventos programados para los próximos meses, entre ellos la Conferencia sobre seguridad internacional en Moscú y el Foro Económico Internacional en San Petersburgo.
Santiago de Cuba es la primera escala que el canciller ruso hace en su gira latinoamericana de tres días que lo llevará también a México y Venezuela.