El sacerdote Rolando Montes de Oca de la Arquidiócesis de Camagüey denunció, en redes, que su casa parroquial fue agredida este 19 de septiembre.
El religioso catalogó el suceso como “Una agresión de fuerte violencia simbólica contra mi casa parroquial”. Los agresores no identificados lanzaron dos huevos contra una de las paredes de su parroquia y dejaron un mensaje escrito con las palabras “Gusano Asqueroso”.
El religioso se preguntó en su post si quienes perpetraron la agresión “¿Buscan crear terror? ¿Querrán que nos avergoncemos de predicar la libertad? 'Gusano' es la ofensa trasnochada que han usado los castristas contra quien piense distinto de ellos ¿Querrán que nos llenemos de odio y violencia contra los agresores? No me es posible”.
Montes de Oca, quien ha mostrado posturas contestarias ante el régimen cubano, concluyó diciendo:
“Compañeros agresores no les temeré, ni los odiaré. Creo en el Dios del Amor, y la Cuba por la que rezo y trabajo es una Cuba donde nadie merezca insultos o huevazos por pensar diferente, tampoco ustedes. Si quieren enemigos para hacer guerra, busquen a otros. Dios los perdone, yo ya los perdoné y ahora los invito a ser parte de esa Cuba nueva, la de Todos, porque la de huevazos e insultos es mezquina e indigna de nuestro noble pueblo, ese con el que yo grito y rezo: ¡LIBERTAD!”.
En enero de 2021 el padre Montes de Oca fue, uno de los sacerdotes cubanos que redactó el mensaje titulado "He visto la aflicción de mi pueblo", esperaba que el documento fuese escuchado por todos, porque refleja la crisis política, económica y social que vive el país, habla de nuestra realidad presente, dijo.
"Nuestro deseo es que ayude a pensar. Nuestro documento va por allí, una reflexión, un mensaje que ayude a pensar y actuar ya, desde ahora, cada uno desde la propia libertad personal", dijo el religioso.
Aclaró, además, que "no es un documento que incite a la violencia, ni a la agresividad, ni nada por el estilo. Eso es muy ajeno a nuestro pensamiento, nuestra manera de ser. Hemos sido, a veces, acusados de eso, de una manera gratuita y manipuladora, pero en realidad nuestro deseo es pensar juntos, y responder juntos a los desafíos que tenemos delante de nosotros, que no se van a resolver por arte de magia, sino por nosotros mismos”.
"La crisis de la familia es una herida abierta en el alma de Cuba, señala la carta abierta. La situación es muy difícil. Hay un momento de crisis y de turbulencia que no se puede resolver acudiendo a métodos o estrategias, o incluso a corrientes filosóficas que están fracasadas, que ya en otra ocasión no funcionaron", dijo a Radio Martí, el sacerdote de la Arquidiócesis de Camagüey.
"Se necesita abrir caminos nuevos. Para eso se necesita audacia, se necesita amor a la verdad. Se necesita escuchar al pueblo, mirar al pueblo. Sobre todas las cosas, eso, mirar lo que está pasando nuestra gente".
Cuba para el bien de todos sólo se puede edificar desde el aporte sincero de cada uno, destacó el padre Rolando.
La carta abierta está firmada por un grupo de sacerdotes y laicos católicos, y a ella se han unido, además, miembros de la sociedad civil cubana.