El régimen cubano expulsó de la isla, por sus ideas, al sacerdote David Pantaleón, padre superior de los jesuitas en Cuba, quien, desde el boletín dominical “Vida Cristiana”, criticaba a la dictadura.
“Celebramos una emotiva y nostálgica Eucaristía, agradeciendo a Dios, por el regalo de la presencia en Cuba del Padre David Pantaleón. Lamentamos que el gobierno cubano, en uso de sus facultades de poderío dictatorial, sin principios ni valores, le obliga a abandonar el país”, informó a través de las redes Sor Ariagna Brito.
“Temen a la verdad, temen al rostro del bien y deshacerse de lo que les molesta, es su único modo de proceder. Esto no debería pasar, los que deben abandonar el país son los que usan el poder para vivir como reyes, a costa de un pueblo esclavo, castigado, azotado y obligado a huir”, añadió la religiosa.
Pantaleón fue unos de los sacerdotes en la isla que pidió ayuda para los activistas del Movimiento San Isidro (MSI) durante el encierro de noviembre de 2020.
“Una hermana religiosa intentó llegar, sin publicidad y sin cámaras, hasta el grupo de jóvenes de San Isidro que están hace varios días encerrados en su local. Ellos permanecen allí pidiendo la liberación de uno de sus compañeros que consideran apresado injustamente y condenado sin defensa. La monja solo quería dar un poco de asistencia religiosa ante la seria amenaza de muerte de los que llevan varios días en huelga de hambre y sed”, relató en aquel entonces el sacerdote.
“No se trata de ideologías de izquierda o de derecha. Se trata de cosas tan simples como el derecho a vivir, a expresar lo que se piensa, a dialogar las diferencias sin 'satanizar' al contrario, a que se respete la dignidad de todos y todas”, agregó en aquel momento.
Según una encuesta sobre libertad religiosa, realizada por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) este año, el 67 % de los cubanos conoce a alguien que por su fe ha sido acosado, amenazado y reprimido en Cuba.