El escritor peruano Mario Vargas Llosa augura un triste final para el presidente designado de Cuba, Miguel Díaz-Canel, en su última entrega para el diario El País, multiplicada el 24 de julio por otros medios de habla hispana.
A su juicio, Díaz-Canel es “un personaje que, pese a estar vivo, huele ya a cadáver”, pues lo ha hecho muy mal ante el estallido social: en vez de buscar una solución pacífica, llamó a las huestes “revolucionarias” a enfrentar con violencia a los manifestantes.
“Las metidas de pata del nuevo presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel (…) indican que, como suele ocurrir en las sociedades totalitarias, será el responsable de lo ocurrido, con lo que su carrera política, comenzada con tan buenos auspicios bajo la sombra de Raúl Castro, terminará pronto”, profetizó el Premio Nobel de Literatura en su artículo El principio del fin.
¿Por qué el comunismo ha durado tanto tiempo en Cuba?, se pregunta el Premio Nobel. Y responde: “Porque Cuba es una isla, es decir, un país mucho más fácil de custodiar por una dictadura que un territorio rodeado no de agua sino de tierra”
“Y, en segundo lugar, por el carisma y, digámoslo con claridad, la genialidad de Fidel Castro, que, aparentando, primero un socialcristianismo de avanzada, luego el socialismo democrático y, por último, el comunismo, engañó a todo el mundo, y supo modelar poco a poco a la población de la isla a su capricho”, opinó el autor de Conversación en La Catedral.
Vargas Llosa elogió la labor de la prensa independiente —a la que calificó de “libre"— por divulgar los pormenores de la protesta, y recordó que el grito “libertad” sonó como ningún otro, quizá solamente “Patria y vida”, durante las manifestaciones.
Lo primero que hizo el gobierno fue cortar el internet para que nadie supiera nada y para aislar a los rebeldes del mundo exterior, recordó el escritor.
En cambio, “lo más inteligente del régimen sería abrir las compuertas y dejar que la oposición exprese sus deseos de libertad, así la iría apaciguando y acaso se extinguiría”, sin embargo, el novelista peruano teme que, atendiendo a la información que llega desde Cuba, la única respuesta sea más represión si estallara otra revuelta popular.
Las manifestaciones comenzaron en San Antonio de los Baños, provincia Artemisa, el pasado 11 de julio, y se extendieron a más de 60 localidades de todo el país.
Díaz-Canel compareció ese mismo día ante la televisión local e incitó a sus seguidores a sofocar violentamente el estallido social. Al mismo tiempo, calificó de “mercenarios pagados por EE. UU.” a los manifestantes, si bien concedió que algunos eran “revolucionarios confundidos”.
Cubalex, organización independiente que brinda asesoría legal en la isla, suma más de 600 personas desaparecidas. Medios independientes han reportado la represión contra los manifestantes, que incluye golpizas y el uso de armas de fuego.
Hasta el momento, el gobierno cubano solo ha reconocido la muerte de una persona, Diubis Laurencio Tejeda, de 36 años y residente en el municipio de Arroyo Naranjo, de quien la nota oficial no dio las causas del deceso.
Denuncias en las redes sociales hablan de más muertos y heridos, aunque la información no ha sido confirmada.