Un gran clamor por Cuba

En tanto se consigue una vacuna, creyentes cubanos consideran que sólo Dios salvará a Cuba de tanta tragedia y penuria
Iglesia de la Liga Evangélica de Cuba
 

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Gladys Vera es líder de una cédula cristiana en el reparto Siboney, en el capitalino municipio Playa. Se lamenta que en estos tiempos de coronavirus no puede congregarse en su iglesia: la Liga Evangélica de Cuba. En cambio, su fe no disminuye, al contrario, aumenta.

“Mis oraciones son permanentes en pedir la salvación de este país. Los líderes de cédula nos comunicamos por teléfono y mantenemos enlaces permanentes con los pastores y ministros. Nos indicamos temas para estudiar y los salmos que debemos indicar a los miembros de las cédulas, en estos tiempos tan difíciles”.

Joaquín Vázquez, un padre de familia de Jaimanitas, cumplió dos años de estar convertido a Cristo y su ejemplo ha sido para el pueblo una clara señal de que Dios existe. Joaquín aprovecha las redes sociales para enviar mensajes de salvación y versículos bíblicos que toquen las fibras de los ateos.

“Este pueblo está envuelto en mucha idolatría y mucho pecado. Aquí las señales de las sagradas escrituras se están cumpliendo al pie de la letra. La tribulación es mucha y solo un clamor como el que elevaron los judíos en Egipto puede llegar hasta Dios y conmoverlo, para que se apiade de nosotros”.

El pastor de la iglesia bautista del barrio La Ceiba, en Playa, es Daniel Benjamín, que se pregunta si la gente da gracias a Dios por cada día que le es regalado. Si bendicen los alimentos, por poco que sea, y si oran y piden la bendición para las familias cubanas, incluso para los enemigos, entonces “¿perdonan?”, pregunta el pastor Daniel Benjamín, “¿piden perdón? El perdón es uno de los frutos del espíritu, junto al amor, el gozo, la paz, la paciencia, la benignidad, la bondad, la fe, la mansedumbre y la templanza, y dudo mucho que en Cuba se practiquen esos dones. ¿Tú crees que así puede existir la salvación?”

El pastor Daniel Benjamín asegura que la única cosa que puede salvar a Cuba, además del clamor, es cubrirse con la sangre del cordero, la indicación de Dios a su pueblo para sobrevivir a las plagas. “Pero, ¿quién piensa en eso en Cuba? Sólo los cristianos, creo”.

Matilde Luberta, de La Lisa, con 28 años convertida al cristianismo, indica que solo con la gracia de Dios ha podido sobrevivir.

“Antes de que llegara el coronavirus ya yo estaba en pandemia, hace rato. He pasado un hambre que no lo brinca un chivo. Nosotros los cristianos siempre hemos estado en tribulación, porque cuando más nos aferramos a la fe, más el diablo nos ataca. Jesús estuvo 40 días en el desierto soportando la tentación del demonio, por eso es la palabra cuarentena. Con este virus el tiempo de martirio se va a multiplicar y no quisiera pensar en los 40 años que pasó Moisés en el desierto. La oración, doblar las rodillas, cumplir con los mandamientos, levantar un gran clamor y cubrirnos con la sangre del cordero son los únicos antídotos contra esta plaga, la más terrible que ha visto la humanidad”.

En varios medios informativos se ha llegado a señalar que las consecuencias de esta pandemia del COVID-19 traerán para el mundo una hambruna de proporciones bíblicas, pero Mongui, que vive en calle 236, en Jaimanitas y sobrevive limpiando patios y botando basura por unos pesos, dice que nadie pudo haber pasado el periodo especial peor que él.

Mongui, que también se ha convertido a Cristo, en los cultos gusta de dar testimonio de su tragedia y lo que fue su vida cuando estaba en el mundo:

“El hambre por aquellos días del periodo especial si fue de Biblia. Hubo tiempos en los que sobreviví con sopa de espinazos de pescado recogidos en la orilla del mar y de las gallinas que recalaban en la desembocadura del río, de las ofrendas que tiraban al agua las hijas de Oshún”. 

“Mi tío tenía un caballo. Durante la semana lo utilizaban en tareas de carga, pero el sábado y domingo lo ponían a descansar. Pero el viernes por la noche, cuando mi tío lo desensillaba, le sacaban varios bistecs de un anca y hacían carne con papa el fin de semana. Muy nutritiva, elevaba la hemoglobina de la familia. Luego lo curaban con timerosal”.

La ciencia no encuentra el antivirus contra el COVID-19 y los cristianos, aferrados al manto de la Fe, señalan a Dios como única salvación para el planeta Tierra, ese que según las sagradas escrituras es el mejor fruto de su fabulosa creación de siete días.

 

 

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