La noche del 31 de agosto terminó de la peor manera para una familia del poblado El Caney, en Santiago de Cuba. Una irrupción de la policía que investigaba un supuesto delito se saldó con golpes, gases lacrimógenos, detenciones y una amenaza a punta de pistola, según denuncian en los testimonios audiovisuales recogidos por CubaNet.
Agentes del Ministerio del Interior llegaron a la casa, queriendo revisar “sin orden de registro” ante la denuncia del supuesto robo de un perro que decían se encontraba en ese domicilio.
En el video de la primera parte del “encuentro” con las fuerzas del régimen, se ve a varios oficiales y suboficiales jóvenes que llegaron en la patrulla número 760, mientras uno de los ciudadanos cuestionados les decía “en mi casa no hay nada, no me toques más…”
Graciela Mengana Castillo, una de las afectadas, asegura que “preguntamos [a los uniformados] si traían una orden y dijeron que no la habían llevado”.
Sin embargo, “así mismo entraron a la casa e hicieron el registro”. Luego de inspeccionar la vivienda, la situación se salió de control y se metieron “dando golpe”, en el segundo piso de la vivienda familiar, según denunciaron.
La joven Annieris Pecora Mengana contó: “agredieron al amigo de mi primo, que cuando uno de ellos [los policías] le dijo baja, lo hizo [y] lo estrellaron contra la malla de la casa de mi tía y le cayeron a bastonazos y empezaron a caerle a golpes allí a todo el mundo. A mi hija la tiraron, a mi hermano también le dieron en las costillas golpes, que tuvo como cuatro convulsiones y tuvimos que correr rápido con él para el policlínico…”
Lea también
Refiere que, al amigo de su primo, además, cuando lo empujaron a la patrulla le dieron patadas “y le escupieron, hay testigos que lo vieron (…) A la embarazada que estaba allí también le dieron…”
El audiovisual de CubaNet divulgó videos tomados pocos minutos después de los hechos, y también varios días luego de sucedidos. En los primeros, es evidente la alteración de los integrantes de la numerosa familia y varios amigos y vecinos de la comunidad. A una mujer se le escucha gritar: “¡Una embarazada tumbada… ¿Qué es lo que es esto, capitalismo o comunismo?”
La gestante, aseguró que “me empujaron” al borde de la escalera y “tengo tremendo dolor bajo vientre que no aguanto”.
El adolescente Osmany Fin Mengana, que sus 17 años es legalmente un menor, aseguró: “sacaron una pistola, me aruñaron también por aquí atrás, vinieron unas cuatro carros patrullas y echaron spray [lacrimógeno], me cargaron porque me quedé ciego. Me sacó una pistola y me dijo dale pa allá y me empujó y ahí fue cuando me aruñaron y me echaron spray. La sacó rápido ahí mismo [la pistola] y los mismos policías lo halaron hacia atrás para que no lo filmaran”.
José Luis Pecora Rical denunció que durante la acción de abuso policial “se metieron por ahí para abajo a dar golpes, a echar spray a todo el mundo ahí, empujando a niños chiquitos, a un vecino le entraron a piñazos (…) eso fue lo nunca visto ahí abajo”.
Su hijo, José Luis Pecora Mengana, fue quien convulsionó debido a un ataque epiléptico precipitado por los golpes. Dice que él vio que agredían a su primo y se tiró del segundo piso a socorrerlo. Entonces comienzan a pegarle también en “costillas, hombros, me echaron spray en la cara, yo me quedé con un ojo ciego y me dio falta de aire y me desperté ya en el hospital, con convulsiones de epiléptico”.
Según CubaNet, “también fueron reprimidos varios menores de edad, entre ellos una niña de siete años”.
La pequeña dice ante la cámara que “yo nada más estaba allí adentro [de la casa] y cuando fui a salir para que no me dieran golpes me contrallaron (sic) contra la cerca un policía de esos”.
A varios de los implicados en el altercado los detuvieron. Annieris Pecora Mengana, madre de la niña que empujaron, preguntó al régimen “¿Por qué dicen que [respetan] los derechos humanos, si en la vida real no he visto nada de los derechos humanos, nada de su defensa, porque han dado golpes…”
Uno de los jóvenes agredidos, visiblemente indignado y con los ojos todavía irritados por las sustancias lacrimógenas, emplazó duramente al gobierno cubano: “Entraron dando golpes como si fueran los dueños de este país, unos policías sing… Porque son unos batistianos, unos sing… Dictadores. Y después dicen que un comunismo… ¿Qué comunismo, qué revolución? ¿De qué revolución ustedes están hablando cuando invaden una familia y vienen a dar golpe a una casa? ¡Ven Díaz-Canel, ven maric… para que me digas por qué un policía me da golpes!”