Régimen volverá a vender productos en CUC "por la libreta"

La venta de productos en CUC en las bodegas comenzó en abril y concluyó en junio. Fue una respuesta a la grave crisis que afectó, sobre todo, a los cubanos "de a pie"
Los productos de primera necesidad escasean en toda Cuba
 

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La provincia Villa Clara comenzará a vender nuevamente productos en CUC por la libreta de abastecimiento, “un reclamo reiterado de la población”, aseguraron este 20 de agosto altos jefes del castrismo en esa provincia.

Según Narciso Fernández Ramírez, reportero del periódico local Vanguardia, las “bodegas”, como se conocen a Cuba a los establecimientos del Estado que venden productos normados, comenzarán esa modalidad de venta el próximo lunes 24 de agosto en el municipio capital, Santa Clara.

Ya esa forma de venta se aplica en el resto de la provincia, aseguró el vicepresidente del Consejo de Defensa Provincial, Alberto López Díaz.

Esta medida comenzó en abril, en Pinar del Río y Las Tunas, con tal de acercar los alimentos al ciudadano común en medio de la pandemia de coronavirus y, también, porque entonces se hacía sentir la crisis económica, que redujo ostensiblemente la oferta de bienes básicos.

La “libreta”, nombre que dio el cubano a la cartilla de racionamiento, sólo permite la compra de un número limitado de alimentos y artículos de aseo, para dar oportunidad a todos de adquirir al menos lo mínimo indispensable, según dice el gobierno.

 


Al comenzar la iniciativa en abril, se debía presentar solamente un integrante del núcleo familiar con el carnet de identidad y la libreta de abastecimiento. Los artículos en venta eran al mismo precio que tenían en las cadenas de tiendas. Se desconoce en qué consiste y cuánto cuesta la oferta actual.

A inicios de junio, cesó la aplicación de esta medida. “La población debe comprender que la medida fue en un momento coyuntural de la situación epidémica para controlar, en parte, que muchas personas inescrupulosas, como revendedores y especuladores, arrebataran la mayor cantidad de los productos”. Esa fue la explicación que dio el régimen en Pinar del Río cuando determinó el fin de la venta de productos por este medio.

Con la pandemia, la escasez de alimentos, productos de aseo y limpieza se agudizó en la isla, que ya padecía una falta crónica de estos bienes de primera necesidad. Como paliativo, el Gobierno aprobó varias medidas para tratar de mantener lo mínimo indispensable que utiliza la familia cubana.

Aun así, la demanda siempre ha sido superior a la oferta, aunque el régimen culpa al "bloqueo", sempiterno enemigo de los cubanos, de casi todos estos males.

 

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