Régimen niega fomentar la trata de personas

La denuncia del Departamento de Estado de las condiciones de semiesclavitud de los médicos cubanos, en su revisión anual sobre el tráfico de personas en 188 países, incluido Estados Unidos, fue calificada por el castrismo como una mentira, difamación y calumnia
Miguel Díaz-Canel
 

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El régimen cubano negó fomentar o patrocinar la trata de personas, tal cual recoge el reciente informe del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre la materia, que incluye a Cuba entre los 11 países del Nivel 3, aquellos que tienen una “política o patrón” de trata de personas patrocinada por el Estado. 

De acuerdo con Washington, La Habana “no cumple plenamente con los estándares mínimos para la eliminación de la trata y no está haciendo esfuerzos significativos para hacerlo”.

Hay “fuertes indicios de trabajo forzoso” en las misiones médicas de Cuba en el exterior, de las cuales se ha beneficiado el gobierno, sostuvo el secretario de Estado Antony Blinken en la ceremonia de presentación del reporte.

“Envían médicos y otro personal de salud al exterior, no les informan de los términos de sus contratos, confiscan sus documentos y salarios, y los amenazan a ellos y a sus familiares cuando intentan irse”, explicó el funcionario, en sintonía con las acusaciones de galenos cubanos que han desertado de las misiones y de organizaciones internacionales que han acusado las malas prácticas de las misiones médicas de la isla.

El año pasado, el régimen “capitalizó la pandemia” para aumentar el número y tamaño de sus misiones médicas, que ahora llegan a entre 34 000 y 50 000 profesionales de la salud en más de 60 países, detalla el reporte.

Asimismo, agrega que La Habana recauda entre seis mil millones y ocho mil millones de dólares anuales de sus exportaciones de médicos, quienes “reciben sólo una parte de su salario, que oscila entre el cinco y el 25 por ciento”, mientras el régimen se queda con el resto

La denuncia de tales condiciones de semiesclavitud por el Departamento de Estado en su informe, una revisión anual sobre el tráfico de personas en 188 países, incluido Estados Unidos, fue calificada por el régimen cubano como una mentira, difamación y calumnia.

A Estados Unidos “le molesta el ejemplo moral, solidario y humanista de nuestras brigadas médicas de cooperación internacionalista”, escribió este domingo en Twitter el presidente de la isla, Miguel Díaz-Canel.

El cuestionado mandatario compartió en la red social del pájaro azul la declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba al respecto, según la cual el documento del Departamento de Estado, como otros de ese tipo que publica la institución, “carece de autoridad internacional o moral alguna, y cumple propósitos netamente calumniosos y de chantaje político”.

“En él, se miente una vez más, al acusar a Cuba de cumplir insuficientemente con los estándares mínimos para la eliminación de la trata de personas y no hacer esfuerzos significativos con ese fin”, dice la declaración.

“Es una acusación que forma parte de la campaña estadounidense para desacreditar la cooperación internacional de Cuba en la esfera de la salud, por la que nuestro país ha recibido el reconocimiento de decenas de gobiernos, el aprecio de las poblaciones que se benefician de ella, casi siempre las más humildes y desfavorecidas de los países donde se desarrolla, y el elogio de las Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud y otros organismos internacionales”, agrega.

Según la Cancillería del régimen, “Cuba tiene una política de ‘Tolerancia Cero’ ante cualquier modalidad de Trata de Personas, y un excelente desempeño en la prevención, el enfrentamiento y la protección a las víctimas, trayectoria que consta en Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales”.

“Los Estados Unidos son uno de los países con mayores problemas de trata de personas en el mundo. Sus políticas de asfixia económica contra Cuba y el incumplimiento de los acuerdos migratorios bilaterales favorecen a organizaciones vinculadas al crimen internacional, al contrabando de emigrantes y la trata de personas”, concluye la declaración, que no transparenta los datos económicos y de contratos denunciados por Washington en su informe.

 

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