Régimen cubano le hace un guiño a Biden y pide diálogo sin condiciones

Díaz-Canel dijo estar dispuesto a dialogar con Biden, pero que no cederá "ni un ápice" por la "Revolución" y el "socialismo". Entonces, ¿qué va a negociar?
Díaz-Canel quiere negociar con Joe Biden
 

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El gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel, envió un solapado mensaje al presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, para iniciar un diálogo que podría dar nuevas esperanzas de sobrevivir al régimen castrista.

En el lenguaje del oficialismo, lleno de alusiones a la “soberanía” y “los principios innegociables”, Díaz-Canel dijo que su gobierno está dispuesto a dialogar con el estadounidense bajo los principios del “respeto mutuo” durante un discurso pronunciado ante parlamentarios cubanos.

“Estamos dispuestos a discutir sobre cualquier tema, lo que no estamos dispuestos a negociar y sobre lo que no cederemos ni un ápice, es por la Revolución, el socialismo y nuestra soberanía. Los principios no estarán nunca sobre la mesa”, declaró y luego fue acompañado por aplausos de unánime aprobación.

Recientemente el demócrata Joe Biden fue declarado ganador en la contienda electoral contra el republicano Donald Trump. Para nadie es un secreto que el gobierno cubano espera un trato más cordial del exvicepresidente de Barck Obama, quien inició el deshielo con La Habana en 2013.

El régimen castrista necesita urgentemente inversiones, acceso a crédito y al comercio internacional para levantarse de la grave crisis económica que agudizó la pandemia del coronavirus, pero no es seguro que el nuevo inquilino de la Casa Blanca consienta en dialogar con representantes de la cúpula dirigente cubana.

Aunque la retórica oficial pone distancia frente a la victorial electoral del demócrata, expertos aseguran que fue celebrada por La Habana. Es de entender, sobre todo porque el presidente Donald Trump siguió el camino de las sanciones contra Cuba, Nicaragua y Venezuela, que atacaron las vías de financiamiento de los militares y la alta jerarquía del Partido Comunista.

Activistas, opositores y medios independientes temen que el diálogo La Habana-Washington, si ocurre, se mantenga sólo dentro de los intereses de ambos gobiernos y orille a la sociedad civil cubana.

Viendo que el gobierno busca una especie de “capitalismo de Estado” controlado por el PCC, las negociaciones podrían incluir un pasaporte al reino de los dólares para la cúpula cubana a cambio de mantener el control sobre el país, sin desmontar el sistema político y el aparato represivo.  

Por el momento, el gobierno demócrata entrante está preocupado por asuntos más urgentes, como la toma de posesión el 20 de enero y la consolidación de su gobierno frente a la oposición republicana y los aliados internacionales, cuestiones que podrían mantenerlo ocupado durante el 2021 y, tal vez, el 2022.

 

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