El joven cubano de 18 años, Osmel Rubio Santos, residente en el municipio Cotorro, La Habana, sufre acoso de las fuerzas policiales cubanas por no querer insertarse como recluta en el Servicio Militar.
Según comentó a ADN Cuba, no está dispuesto a ser parte de la dictadura y ya ha rechazado varias propuestas de trabajar para la Seguridad del Estado como delator de organizaciones de derechos humanos.
“Yo exhorto a todos los jóvenes cubanos a que no pasen el servicio militar, porque es como darle la mano a tu peor enemigo”, declaró el joven.
Rubio Santos ya ha sido detenido varias veces y espera una próxima citación para este 3 de noviembre. La última detención tuvo lugar el 21 de octubre, cuando el joven se presentó junto a su mamá en el área de reclutamiento ubicada en el policlínico del municipio habanero del Cotorro, para manifestar “que no iba a empuñar las armas a favor del régimen comunista de Cuba”.
Este activista por los derechos humanos contó a ADN Cuba que al encontrarse con otros 40 jóvenes en el policlínico, comenzó a incitarlos para que hicieran lo mismo que él.
"Ahí yo empiezo a incitar a los demás jóvenes para que hagan lo mismo que yo. Les dije: Ninguno de los jóvenes que están aquí quieren pasar el Servicio Militar, porque el pueblo clama por comida, no por armas repito", relató a la revista.
Posterior a sus arengas, fue arrestado por dos agentes de la Seguridad del Estado, y conducido hasta la unidad policial del Cotorro.
Durante los interrogatorios, le cuestionaron sus visitas a casa de los opositores Ángel Moya y Berta Soler y le prometieron que lo convocarían de nuevo para el Servicio. La policía lo amenazó con golpearlo, pero le dijeron que “no les convenía” porque ya las organizaciones disidentes se habían enterado de que él “estaba en sus manos”.
El pasado 1 de septiembre, jóvenes de toda Cuba fueron llamados para iniciar la preparación básica en el Servicio Militar activo. En esos días, Rubio Santos, de 18 años, entregó una carta en el Comité Militar de municipio Cotorro negándose a pasar el servicio militar bajo el régimen cubano.
En la misiva expresó su decisión de no empuñar las armas para defender a la dictadura. El joven es activista de derechos humanos y se ha mantenido en contacto con Angel Moya y Berta Soler, razón por la que la Seguridad del Estado lo ha increpado para que abandone sus vínculos con la oposición, y no visite la casa donde sesiona la sede de las Damas de Blanco.