Michael G. Kosak, subsecretario del Departamento de Estado norteamericano, criticó a la dictadura castrista por retener la ayuda humanitaria recolectada y enviada por grupos del exilio a miles de familias en la isla, azotada por una grave crisis de abastecimientos.
El Subsecretario interino de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, publicó un tuit en el que lamentó que “durante casi 20 días, e incluso después de que una tormenta tropical azotara Cuba, el régimen continúa reteniendo miles de libras de ayuda humanitaria donada por Estados Unidos que se necesita con urgencia”.
Michael Kozak enfatizó que “no hay embargo sobre la ayuda humanitaria: el régimen está bloqueando estos suministros necesarios, no Estados Unidos”.
El alto funcionario se refiere a la iniciativa Solidaridad entre Hermanos surgida en mayo pasado en Miami para recoger en EE.UU. ayuda humanitaria para el pueblo cubano.
Un grupo de cubanos de dentro y fuera de su país, entre ellos la líder opositora cubana Rosa María Payá, y el alcalde de Miami Francis Suárez, pidieron apoyo a 27 congresistas de EE.UU. para lograr que el Gobierno de Cuba libere el cargamento de ayuda humanitaria que ha sido “retenido arbitrariamente”.
En una carta publicada el domingo anterior los firmantes, que se identifican como “cubanos en la diáspora”, denuncian que “ningún Gobierno debiera restringir nuestra posibilidad de socorrer directamente a nuestras familias en la isla”.
Lea también
Los destinatarios de la carta son 27 miembros del Senado y la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, incluyendo Bernie Sanders y Karen Bass, los cuales a su vez enviaron en mayo pasado una misiva al secretario de Estado, Mike Pompeo, criticando la “politización” de la ayuda humanitaria a Cuba.
Esa ayuda fue enviada a Cuba con la ayuda de iglesias cristianas, a través de los canales convencionales, pero fue “retenida arbitrariamente por las autoridades cubanas a su llegada a la isla” y sus destinatarios -15.000 familias- no han podido recibirla, “a pesar de la grave crisis que vive el país”, dicen.
“El régimen del partido único comunista, que ejerce su control centralizado sobre todos los aspectos de la sociedad cubana, ha causado una grave crisis humanitaria y aumentado la represión política”, señalan los firmantes de la carta a los congresistas.
“Cada día, debido a la escasez de alimentos y necesidades básicas, los cubanos deben realizar largas filas que se convierten en aglomeraciones masivas para adquirir lo poco que los mercados estatales ofertan, por lo que es prácticamente imposible cumplir medidas elementales para protegerse del coronavirus”, agregan.
“Para empeorar más las cosas, el Estado cubano -dijeron- está vendiendo varios productos de primera necesidad exclusivamente en dólares, haciéndolos inaccesibles a la mayoría de las familias cubanas, porque todos los salarios son pagados en moneda nacional”.
Payá, Suárez y los demás firmantes de la carta subrayan que Solidaridad entre Hermanos no es una iniciativa “de naturaleza política, sino un esfuerzo humanitario de pueblo a pueblo” y les piden a los congresistas que “respondan si, en estos momentos difíciles, ustedes podrán ayudar con este problema crítico”.
Entre los firmantes de la carta están dirigentes religiosos de distintas confesiones, miembros de las Damas de Blanco, como Berta Soler, y de la oposición política interna cubana, como José Daniel Ferrer, directivos de la Fundación para la Democracia Panamericana.