Ante las dudas de la población sobre los candidatos vacunales anti-COVID-19 que desarrolla el régimen, este 18 de mayo el Ministerio de Salud Pública (MINSAP) dio respuesta a algunas interrogantes a través de un artículo publicado en su sitio web.
De este texto, el cual está atravesado fuertemente por la propaganda castrista, destaca que los extranjeros no podrán vacunarse en Cuba por el momento.
"¿Se podrán vacunar los extranjeros en la intervención sanitaria? Hasta ahora la intervención sanitaria no contempla la vacunación de los extranjeros, solo están aprobados los estudiantes y residentes extranjeros permanentes en Cuba, con un consentimiento informado", escribió el Minsap, haciéndose eco de las palabras las doctoras Ileana Morales Suárez, directora de Ciencia e Innovación Tecnológica del Ministerio de Salud Pública, y María Elena Soto Entenza, jefa del Departamento de Atención Primaria de Salud.
De lo que se trata, sin lugar a dudas, es de que el régimen no quiere cargar con ningún incidente adverso que pueda ocurrirle a extranjero alguno como consecuencia de haber recibido alguna dosis de cualquiera de los candidatos vacunales que está desarrollando y en estos momentos prueba en la población cubana, como si se tratara de una vacuna certificada.
Recordemos que actualmente, como bien reconoce el Minsap en su texto, Abdala y Soberana 02 forman parte de los ensayos clínicos que realiza el régimen de manera oficial desde el pasado 10 de mayo "en grupos y territorios de riesgo", un proceso que "se enmarca en la estrategia de investigación y desarrollo de los candidatos vacunales cubanos, lo cual incluye también ensayos clínicos, estudios de intervención y vacunación de la población a partir del autorizo de uso de emergencia", autorizo que aún no ha emitido el Centro para el Control Estatal de Medicamento, Equipos y Dispositivos Médico (CECMED).
Un episodio adverso que involucre a algún extranjero al que se le haya suministrado uno de estos candidatos vacunales solo serviría para llamar aún más la atención sobre la crisis epidemiológica en la que está sumida Cuba, y sobre la negativa del régimen de usar las vacunas desarrolladas en otros países, principalmente por su insistencia en tener sus propias vacunas, a pesar de que cada día que pasa la crisis epidemiológica es más adversa.
Si bien una intervención sanitaria con vacunas certificadas debe contribuir directamente a disminuir las cifras de enfermos y fallecidos y controlar la transmisión del virus, en el caso de Cuba eso no pasa de ser una pretensión, un elemento más dentro de la propaganda del régimen.
