El semanario oficialista Tribuna de La Habana publicó un artículo titulado “Caballos de Troya y el fenómeno casuístico de la inmediatez mediática” donde llama “mercenario” al cantante cubano Descemer Bueno que en los últimos días ha estado desafiando al poder castrista en Cuba.
En dicho artículo, su autor y subdirector del medio, Raúl San Miguel, dice que “los ataques mediáticos contra Cuba incluyen establecer patrones foráneos en el sector de la cultura y crear estados de opinión desfavorables al proceso creativo en los escenarios cubanos”.
Y para afirmar eso utiliza patrones de comparación como “modelos revolucionarios” a los trovadores Raúl Torres, Tony Ávila o Eduardo Sosa. También dice que es típica la forma en que se manifiestan esos que atacan la cultura cubana.
“Aquellos como Descemer Bueno, exponen su inconformidad en las redes sociales para generar un estado de opinión contrario a las posibilidades de continuar su labor artística en nuestro país y devienen (en mi criterio) especie de “caballo de Troya” al intentar politizar la posición asumida contra el sistema socialista”, se lee.
“No es la primera vez que las expresiones de aquellos músicos devenidos mercenarios de la política contra nuestro país, se “viralicen” en las redes sociales de la Internet”, dice en específico contra las declaraciones de Descemer Bueno.
Y para concluir el profesor devenido en periodista, escribe que “por suerte son mucho más aquellos que abrazan con su arte la verdad de la Revolución”. Pasando por alto, una larga parrafada de un discurso de Díaz-Canel que no se leyó ni él.
El cantautor Descemer Bueno ha desatado varias polémicas en días recientes, luego de declararse en contra del régimen cuando antes había decidido que en “su agenda” no estaba el hablar de política. Pero evidentemente se ha quitado la venda de los ojos o eso parece.
Lo cierto es que ha recibido aplausos y críticas de un lado y otro, algunos porque no se creen el por qué ahora y otros porque no perdonan que se critique al régimen bajo ningún concepto como este medio castrista.
