La bolita digital, una nueva forma de alcanzar la locura

La bolita llegó también a las redes sociales. Grupos en WhatsApp con cábalas y supuestos números ganadores llevaron a la locura a una mujer en Jaimanitas
Bolita cubana
 

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Hace poco enloqueció en Jaimanitas una mujer por el juego de la bolita. Su hermano Livio arroja detalles sobre esta desgracia ocurrida en su familia.

“La culpa la tiene la desesperante situación por la que atravesamos los cubanos, sin medios ni recursos para enfrentar la crisis, lo que hace que busquemos soluciones a veces irreales para subsistir. En los últimos días mi hermana Cruz había bajado aplicaciones de bolita en el teléfono y se unió a muchos grupos de WhatsApp, esa fue la gota que desbordó el vaso”.

Cuenta Livio que en su casa siempre se jugó bolita. Su abuelo fue recogedor de lista y su padre sufrió prisión por ese juego, declarado por la revolución como ilícito. Enseñó a su hermana desde niña a perseguir números y a interpretar sueños, pero las nuevas tecnologías y los datos móviles cambiaron las reglas del juego.

“Antes la bolita era un juego sano, dependía mayormente de los sueños, o las fechas de cumpleaños y números que iban apareciendo en el día y a la hora de apostar ya se tenían escritos en una lista, pero hoy se está convirtiendo en un juego tóxico, lleno de adivinanzas y pirámides que tiene a los jugadores todo el día pendiente del teléfono y las opiniones de los amigos de los grupos, que constantemente escriben propuestas de números”. 

Parra, primo de Cruz, asegura que la bolita digital es una trampa infalible para cazar bobos y tal vez sean los propios banqueros quienes administran la red, para desvirtuar a los jugadores y esquilmarle el dinero.

“En las aplicaciones del teléfono existen decenas de vaticinios: La Cruz numerológica, el Pronóstico técnico, el Martillo millonario, los Números compañeros, las Bolas de color, el Zodiaco, las Adivinanzas, la Coti, por citarte algunos ejemplos, y cada cual te sugiere por lo menos 10 números, una verdadera locura. Las listas crecen y crecen durante el día, que para colmo tiene dos tiradas, y casi nunca se acierta con exactitud el número salidor”.

Para poner un ejemplo concreto de lo que explica, Parra recita la última adivinanza, que es un verdadero enigma.

“Dice la Coti que la lagartija y el alacrán salieron de paseo a comer dulces y se encontraron con el perro, que venía del cementerio y traía el número 18 en la gorra, pero Paco Perico lo asustó con una jicotea tuerta y el perro se cayó en un pozo y la gallina blanca y el pajarito verde lo ayudaron a salir trayendo una escalera. Lo llevaron al hospital, donde tres médicos lo atendieron y le curaron la sangre de la cabeza. ¿Cuántos números se deducen ahí?, por lo menos 20, y ninguno de los que anunciaba la adivinanza salió ese día”.

“También aparecieron en los últimos días varios grupos que cobran dinero por la suscripción. Aseguran ser peritos en bolita y sus miembros ganan todos los días: Los masters de la bolita, El profesor, La bolita cubana, o el grupo Los ganadores, pero no hay tanto dinero como para jugar bolita y también pagar para estar en los grupos”.

Cruz desatendía su casa y a veces hasta la familia por seguir en el teléfono los pronósticos y leer mensajes de sus amigos. El día de la desgracia estaba tan segura de ganar un parlet, sugerido por El profesor, que se gastó todo el dinero de la casa en una lista de 14 números con 100 pesos fijos cada uno y 500 pesos al parlet.

“Para salir de una vez por todas de esta crisis”, dijo.

Cuando regresó de hacer su jugada, se dejó caer en el sillón del portal, extenuada de tanto análisis. Entonces llegó la presidente del CDR con un ticket para comprar en la tienda de Flores

“El ticket tenía un 35 grande de color rojo, pero Cruz no le dio importancia. Ya tenía su jugada y solo era cuestión de esperar a la mañana siguiente, para cobrar la millonada. Con ese dinero del premio me llevaré media tienda, dijo, porque en la casa no había ni dónde amarrar la chiva, y esa noche el número que salió fue precisamente el 35.

Recuerdo que estábamos en la sala cuando anunciaron el numero ganador y mi prima cayó al piso, de espaldas, como fulminada por un rayo. Cuando logramos levantarla era ya otra persona. Había perdido la razón. La tenemos encerrada en el cuarto de atrás. Lo único que hace es cantar canciones de cuna”.

 

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