El activista de la Unión Patriótica de Cuba, Franklin Álvarez, denunció el lamentable estado de salud en que se encuentra su hijo debido a la negligencia de la unidad donde pasa el Servicio Militar Obligatorio (SMO).
Según dijo en redes sociales —algo que probó con fotos—, el joven de 18 años, contrajo una grave enfermedad en la piel y fue remetido al hospital clínico quirúrgico de Santiago de Cuba, provincia ubicada al oriente del país.
Su hijo fue ingresado de urgencias y en estos momentos tiene calambres y dolores constantes en todas las erupciones de su cuerpo.
Indignado, Álvarez responsabiliza al "régimen castrocomunista" y al presidente Miguel Díaz-Canel de la situación de su hijo.
No es el primer caso de un joven que, por descuido o insensibilidad de sus jefes, padece algún problema en una unidad militar cubana. Otros, incluso han corrido peor suerte.
Reynaldo Segura Ayala perdió la mano derecha en una maniobra mientras era soldado y el gobierno cubano le paga una mísera pensión de 79 pesos. Actualmente tiene 28 años; su desgracia ocurrió en el año 2000.
Esta práctica de la dictadura cubana no es reciente. Los reclutas enviados “voluntariamente” a Angola regresaban con las manos vacías y a su llegada les pagaban unos pocos cientos de pesos por haber arriesgado la vida.
En octubre último otro cubano denunció que jamás podrá tener una vida normal por culpa del Servicio Militar. Rancel Areces, natural de Pinar del Río se accidentó mientras estaba reclutado.
Sufrió el accidente en la base naval del Ejército Occidental en 2018, cuando su oficial al mando le obligó a saltar de una lancha con el motor encendido. Las palas traseras que sirven para impulsar la nave lo golpearon en la cabeza y parte del cuerpo.
El golpe fue tan duro que le abrió el cráneo y dejó al descubierto la masa encefálica. A causa de esto hoy día tiene reducida la movilidad del lado izquierdo de su cuerpo. También sufrió heridas en los hombros y la espalda.
El rechazo hacia el Servicio SMO crece dentro de la sociedad cubana, no solo los afectados lo detestan; también sus familias. Las redes sociales cobran fuerza como canales para comunicar el descontento.
Muchos jóvenes para evadir su estancia en las unidades militares del SMO se autolesionan. Hasta fines de 2019 quienes incurrían en esto eran tratados con indulgencia, pero las normas legales adoptadas entonces cambiaron el panorama.
El dictamen 459 del Tribunal Supremo Popular autoriza a los jefes de unidades militares disciplinarias a no hacer caso si un recluta se autolesionaba para salir de allí y mantenerlo cumpliendo su sanción.
Los sancionados incluso podrían sufrir un segundo castigo, de comprobarse que lo hicieron para salir de esas unidades, conocidas por su rigor y trato inhumano. Algunos soldados suelen ingerir objetos como tornillos, arandelas, cuchillas, etc.
El gobierno cubano impuso el SMO en la década del 70. Pese al fin de la Guerra Fría y otros cambios geopolíticos que han tenido lugar en las últimas 5 décadas, se ha mantenido vigente hasta la actualidad.