Ingeniero cubano fabrica avión propio: sueña con levantar vuelo

Adolfo Rivera construye en el garaje de su edificio un avión ligero de dos plazas. Apenas lo pruebe, va “a surcar los aires”. La nave artesanal tendrá autonomía para volar 300 km
Adolfo Rivera y su avión. Foto: Prensa Latina
 

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El ingeniero mecánico Adolfo Rivera arma, en un garaje del edificio multifamiliar donde vive en Cuba, el primer prototipo de avión ligero de dos plazas realizado en la isla, según informó este jueves la agencia Prensa Latina (PL).

Junto a Rivera trabajan en la nave AR-9 algunos colaboradores, en su mayoría jubilados de la Aeronáutica, quienes integran el Club de Aviación de Cuba. Con cedro rojo construyen las alas para los largueros, mientras que de pino blanco serán las costillas del artefacto, maderas de la isla reconocidas para tal uso en manuales de aviación publicados en Estados Unidos.

El ingeniero comenzó a soñar con construir y volar aviones desde que era un niño en la ciudad de Cienfuegos. “Vivíamos cerca del aeropuerto. Por allí empezó esta historia en la cual construí planeadores y aprendí a volar”, explicó a PL.

Rivera tiene certificado de piloto desde 1986 y además construyó algunos aviones ultra ligeros. Ahora está enfrascado en terminar el AR-9. Aunque es una nave “artesanal”, ha cumplido los requerimientos del Departamento de Ingeniería del Instituto de Aeronáutica Civil. Tras superar con éxitos varias pruebas, Rivera espera la autorización para forrar el esqueleto, para luego iniciar las pruebas de vuelo.

“Es todo un procedimiento, primero hay que carretearlo. Luego levantas la cola. Posteriormente lo levantas unos metros y finalmente, cuando todo eso esté bien, pues a surcar los aires”.

El ingeniero explica que el avión lleva en su nariz un motor Rotax 582 austríaco de dos pistones y potencia suficiente para llevar a dos personas y peso máximo de 400 kilogramos. Su velocidad mínima de 61 kilómetros por hora y máxima de 145.

Adolfo Rivera afirma que su avión artesanal puede elevarse hasta los 2 000 metros sobre el nivel del mar, con una autonomía de aproximadamente 300 kilómetros, en dependencia de los tanques de gasolina automotor de sus alas.

Desde 1933 fue instituido en Cuba el Club de Aviación. Actualmente su presidencia está en manos de René González, condenado por integrar la Red Avispa de espionaje en Estados Unidos. El agente de la Seguridad del Estado reconoce las carencias materiales para el deporte aéreo, pero apuesta a su recuperación.

González, que además de espía es piloto e instructor de vuelo, dijo a PL que su institución tiene listos para trabajar a su disposición “nueve aviones ultraligeros rescatados en la frontera y un Cessna producto de una donación”.

Los del Club de Aviación piden al régimen cubano que los autorice a autofinanciarse “con servicios al turismo”. René González celebró el invento de Rivera y afirmó estar confiado “en que el AR-9 volará”.

 

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