La conclusión de un periodista cubano, luego de recorrer La Habana observando las nuevas tiendas abiertas por el régimen para obtener dólares, es que “hoy hay más desigualdad entre los cubanos”.
El reportero Alberto Cabrera Toppin, anduvo por varias tiendas MLC (moneda libremente convertible) y contó en Facebook lo que vio allí, y lo que le dijeron varios compatriotas en las colas.
En el establecimiento ubicado en la esquina de Boyeros y Camagüey, el parqueo estaba lleno, este lunes, el día de la inauguración. También los estantes, abarrotados de productos, a diferencia de lo que ocurre en los comercios que no son en dólares.
“La cola termina al doblar (a unos 300 metros o más de la entrada de la tienda). Conté 17 policías, incluidos un teniente coronel y un mayor”.
La expectativa allí era porque “dijeron que [venderían] picadillo de res, carne de res y queso gouda”.
El periodista aconsejó que “si haces fotos, lo mejor es alejarte, para que no te cruces con un policía y este comience a cuestionarte. Aunque realmente no hay nada que cuestionar. Se está en un lugar público, tirando fotos, no poniendo bombas”.
También se acercó a la tienda que está en las calles Línea y 12. “Cuando guardas el teléfono y haces la cola muy tranquilamente, te puedes llevar por sorpresa que dos policías se pongan a hablar contigo (un capitán incluido). Y que ellos, en tono de jarana, digan que ahora la cosa [para comprar] es en balas trazadoras [dinero fuerte], y tú los rectifiques diciendo que no, que es en misiles”.
Según Cabrera Toppin, “uno de ellos, el de menor rango”, dijo que un familiar recibió 120 USD y que metieron 100 en el banco y vendieron el resto.
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“La [tienda] de higiene de San Rafael es un Agua y Jabón más, con los mismos precios (no hay nada inferior a 2 USD). Hay detergente para lavadoras, suavizantes, destupidores químicos de cañerías, champús y hasta colcha de trapear. En la de alimentos, bolsas de arroz en 1.90 y más cosas que no pude ver porque no hice la cola. Me sorprendieron los tanques de aceite”.
“Efectivamente, hoy hay un poco más de desigualdad entre los cubanos”, concluyó el periodista.
“Y no lo digo sin razón. Frente al hospital de la Ceguera, vi a un niño que pedía limosna a cada auto parado frente al semáforo; dentro de la guagua donde iba, una mujer me preguntó cómo metía los dólares en la tarjeta para ir a comprarse un pomo de champú de 3 USD.
El famoso supermercado de 3ª y 70 estaba lleno de personas y productos, “aunque a las 5 de la tarde, cuando entré, los quesos había que buscarlos al final del mercado. Las estanterías donde se mostraron en la mañana solo tenían aire”.
“Lo que me sorprendió fue que la gente COMPRA, no va a mirar. Y con comprar, me refiero a carritos llenos de cosas, y en algunos casos, más de un carrito. Le conté a una mujer 18 cajas de latas de maltas y me faltaron”.
“En cuanto a los precios, sospecho que la comida está más cara que los productos de higiene, que están a precios de las tiendas de Agua y Jabón”, escribió el reportero en una serie de post en Facebook.