Hambre y represión, la constante para el pueblo cubano durante la pandemia de COVID-19

De acuerdo con testimonios de cubanos difundidos en redes sociales o recogidos en medios de prensa independiente, los niveles de escasez han superado todas las predicciones de un pueblo acostumbrado ya a la carestía.
 

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Este sábado, el cubano Manuel Rubio denunció el hambre y la represión que sufre el pueblo cubano, al publicar en su perfil de Facebook el video de una cola custodiada por policías en el municipio de Diez de Octubre, en La Habana.

“Pónganle nombre a esto, promesa de 300 módulos, realidad aproximada de 70 módulos, solución represión”, inició su post Rubio, en alusión a la venta controlada de productos de las tiendas recaudadoras de divisa y la oferta limitada, que no abastece a la mayoría de los cubanos.

“Los delegados de Diez de Octubre y el consejo de Tamarindo y Santo Suárez, La Habana, Cuba, ordenaron repartir tres tandas de turnos de 100 tickets, para vender un módulo a un precio de 27 CUC de las tiendas TRD, en la escuela Lazo de la Vega, PERO, sorpresa, (a) un poco más de la mitad de la primera vuelta, se había acabado y llamaron a los represores uniformados para aplacar a los hambrientos cubanos”, detalló el usuario de Facebook.

Más adelante, en uno de los comentarios del video, el propio Rubio explicó que un módulo es “un paquete de varias cosas” necesarias o no, que venden convoyadas, tras el cierre de la mayoría de las tiendas recaudadoras de divisa por la pandemia de coronavirus. El usuario también denunció que, como parte de esos módulos, el Gobierno vende “cosas podridas, cosas vencidas, cosas que no te hacen falta, a precios elevadísimos”.

Mientras, el video publicado capta a una multitud custodiada por, al menos, dos patrullas de la Policía. En medio de la aglomeración, varias mujeres discuten.

Aunque las colas en Cuba han sido comunes desde la crisis económica nombrada eufemísticamente “Periodo Especial” por Fidel Castro, a inicios de los años 90 del pasado siglo, durante la pandemia de coronavirus las largas filas para comprar alimentos básicos y otros productos de primera necesidad se han extendido a todos los puntos de la Isla.

De acuerdo con testimonios de cubanos difundidos en redes sociales o recogidos en medios de prensa independiente, los niveles de escasez han superado todas las predicciones de un pueblo acostumbrado ya a la carestía.

La Habana es la ciudad del país con mayor número de casos positivos de la COVID-19, y es precisamente en la capital de más de dos millones de habitantes, donde más se han visto las muchedumbres, aunque se trata de un problema de todo el país.

A mediados de mayo, las fotos compartidas en Facebook por el usuario Yainier Figueredo, mostraban una gran aglomeración de personas en un mercado ubicado en la Zona 17 del barrio Alamar, en el municipio capitalino de Habana del Este.

“Así están las colas del mercado El Progreso en Alamar”, publicó en su post Figueredo, un cantante de rap que reside en ese barrio. Las dos imágenes compartidas son elocuentes: cientos de personas esperan para adquirir suministros.

La muchedumbre, que obstruye el paso de una de las calles cercanas a El Progreso, hace imposible que se pueda guardar la distancia recomendada por los especialistas de salud, para disminuir las posibilidades de contagio. 

Justo el riesgo de propagación del nuevo coronavirus en medio de las colas multitudinarias donde es imposible respetar medidas sanitarias básicas, se ha convertido en el temor de miles de cubanos vulnerables, por su edad o padecimientos crónicos, que temen a enfermarse de COVID-19.

 

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