La Fiscalía General de la República (FGR) respondió este 30 de diciembre a la denuncia del abogado, Julio Ferrer, contra el gobernante Miguel Díaz-Canel por supuesta propagación de epidemias en la "tángana espontánea" del parque Trillo.
Según publicó Cubalex, el jurista cubano fue citado ayer por la institución para indicarle que el funcionario castrista no violó normas sanitarias en esa celebración, pese a que se quitó la mascarilla varias veces y quedó ampliamente documentado.
Sin embargo, por estas actitudes, sólo en los primeros días de septiembre se impusieron 10,487 multas de 2 000 pesos por "incumplimiento de normas de bioseguridad" derivadas de la pandemia de COVID-19, sanciones que se vieron triplicadas por vencerse el plazo de pago de diez días.
De acuerdo con el relato de Ferrer, el fiscal José Luis Reyes Blanco dice que él vio todos videos que transmitió la televisión cubana, e incluso otros que no fueron transmitidos, además de la foto que acompañó la denuncia, y que comprobó que eran ciertos los hechos.
"La fiscal general había considerado que no constituían una infracción administrativa ni contravencional y tampoco tipificaban el delito de Propagación de Epidemia y que tal decisión estaba sustentada en la doctrina de que ese delito es un delito de peligro concreto, por lo que requiere que se produzca el contagio o transmisión de la epidemia, lo que no aconteció en el caso del presidente. Evitaron mencionar su nombre", agrega.
"La FGR se negó rotundamente a darme una respuesta por escrito, como corresponde legalmente. Lo cual pone de manifiesto la aplicación selectiva de la Ley Penal en Cuba, que no todos los cubanos somos iguales ante la ley y que Cuba no es un Estado de derecho.
La denuncia fue interpuesta el pasado 10 de diciembre.
Lo anterior luego de que el régimen de La Habana organizó la llamada tángana en el parque Trillo, para contrarrestar el plantón de artistas e intelectuales frente al Ministerio de cultura el 27 de noviembre para protestar por la represión de la Seguridad del Estado y la policía contra el Movimiento San Isidro (MSI) y el disenso en general.
Allí Díaz-Canel quiso darse un 'baño de pueblo' y no respetó norma alguna, incluso se quitó la mascarilla.