Las vacaciones de la familia Ponchione de Argentina se vieron arruinadas por los padecimientos de su hija Alfonsina y por los maltratos y burocratismos a los que fueron sometidos en Cuba tras la irrupción en la isla del nuevo coronavirus.
Ante la aparición de hematomas en las articulaciones de la pequeña niña de 5 años, así como de inflamación en tobillos y talones, la familia acudió de inmediato a un hospital en la ciudad de Matanzas, el más cercano al balneario de Varadero, donde se hospedaban.
Allí conocieron que la niña padecía el síndrome de Púrpura, enfermedad autoinmune que se manifiesta mediante un sangrado espontáneo de la piel. A partir de entonces, según relatos de la familia al diario La Nación, las dificultades para recibir tratamiento médico y poder regresar a su país aumentaron con los días.
Sofía, madre de la niña, cuenta que al estar esta notablemente inflamada en sus tobillos luego del vuelo, la encargada del chequeo médico que les atendió en el Aeropuerto Internacional de La Habana “nos recetó un antihistamínico”, pues dijo que solo se trataba de una alergia y continuaron viaje hacia el hotel “porque la hinchazón había bajado”.
Luego de los síntomas presentados en Varadero, Alfonsina fue ingresada en el Hospital Pediátrico-Docente de Matanzas, donde “no tenían suero ni medicamentos para suministrarle y tampoco había jabón para lavarse las manos”, recuerda la madre. “Nos dijeron que si llevábamos Ibuprofeno, se lo diéramos nosotros mismos”.
El 17 de marzo los Ponchione viajaron a La Habana para presentarse ante las autoridades de la Embajada Argentina en Cuba, luego de que decidieron volver a su país debido a las condiciones con que se encontraron en Cuba.
Pidieron a las autoridades diplomáticas que le facilitasen los corticoides que necesitaba la pequeña y un pasaje de regreso para una fecha antes del 24 de marzo, día previsto para el viaje de vuelta de la familia en primera instancia.
La embajada ofreció a los Ponchione un pasaje por otra aerolínea para el día 22 de marzo y con la condición de que debían pagar dos mil 200 euros en efectivo. Al no tener con ellos la cantidad exigida y no poder pagar con una transacción hecha desde Argentina, la familia debió esperar al día 24 con su niña enferma.
“El 23 quisimos ingresarla de nuevo a una clínica de La Habana porque seguía con hematomas, pero como se suponía que viajábamos al día siguiente, no quisieron ni hacerle los estudios nuevamente”, contó Sofía al diario argentino.
Junto a otros 100 argentinos aproximadamente, los Ponchione fueron hospedados en el hotel Memories Miramar, con la incertidumbre de podrían regresar a sus hogares luego de que el gobierno del país suramericano informara que no pensaba repatriar por el momento a todos los ciudadanos que estaban fuera.
“Estuvimos encerrados para proteger el sistema inmunológico de Alfonsina, que estaba muy débil en ese momento”, explicó la madre acerca del aislamiento al que fueron sometidos los extranjeros en Cuba para prevenir la propagación de la COVID-19.
El día 25 le facilitaron al fin los medicamentos, pero una dosis que solo alcanzaba para cinco días. Al no saber si podrían viajar antes de esa fecha, el desespero de la familia se hacía mayor. Finalmente, lograron salir al otro día hacia Argentina, donde la pequeña Alfonsina ha sido internada en un hospital y se encuentra bajo estudio de los doctores.