Lucinda González, esposa del preso político Silverio Portal, descree la información que este lunes le ofrecieron funcionarios del régimen cubano sobre su esposo en una visita a la prisión 1580, donde éste cumple condena tras ser acusado de desorden público y desacato a las figuras de Fidel y Raúl Castro.
“Lo cambiaron de destacamento nuevamente… Hasta que no hable con él voy a seguir diciendo que le dieron golpes. Vamos a ver qué pasa”, dijo Lucinda, a la que el médico de la prisión y oficiales de la Seguridad del Estado le dijeron que Silverio no tenía ningún problema en el corazón y que las supuraciones del ojo izquierdo se debían a que se había caído y se había dado un golpe.
“Tenía un tumorcito en el ojo y por eso está supurando”, explicó el galeno a la esposa del preso político, basándose en supuestos testimonios que éste mismo le habría dado.
Sin embargo, Lucinda no creyó al doctor y se lo hizo saber. “Le dije que, con el mayor respeto, no le creía nada. Que tenía que decírmelo Silverio”, explicó en un video que compartió con medios de prensa independientes y en las redes sociales.
“El señor pedro de la Seguridad del Estado me dijo que me iba a dar una visita con Silverio para que me dijera delante de ellos todo lo que había pasado”, agregó Lucinda, cuya visita a la 1580 este lunes fue accidentada.
Antes del mencionado video, hecho tras regresar de la prisión, había compartido otro en el que manifestó temer por su vida, dado que el chofer del carro con el que había coordinado inicialmente para ir a la visita le canceló a última hora porque tenía miedo de que los pudieran hasta matar en medio del viaje.
“Le pregunté si alguien le había dicho algo y me dijo que no, que yo sabía cómo eran esta gente… Estoy nerviosa, si me pasara algo están advertidos. Acuso al régimen y al mayor Seúl de lo que me suceda de camino a la 1580. Esto me ha dejado perpleja. Estoy nerviosa, pero dejo este video a todos mis hermanos por si me pasara algo en el camino. De que voy a la prisión, voy”, dijo en ese momento Lucinda.
Afortunadamente, nada sucedió en ningún momento del viaje y le fue prometida una visita directamente con Silverio, que ojalá sea cumplida.
El 10 de junio Lucinda denunció que Silverio fue golpeado "salvajemente" en la cárcel. En ese momento llevaba 48 días sin poder comunicarse con él. Según contó, la paliza se la propinó el primer teniente, jefe del Orden Interior, junto a otros tres policías.
Desde finales de mayo había denunciado que el opositor había perdido la visión de un ojo por una golpiza que le propinaron en la cárcel, una versión muy distante de la caída esgrimida hoy por las autoridades penitenciarias, que además aducen que Silverio está bien del corazón, quizás para desmentir o restar importancia a las dos isquemias transitorias que Lucinda expuso que sufrió el 23 de abril.
"Acuso y hago responsable al régimen castro-comunista, a la Seguridad del Estado y al jefe de la prisión 1580 de lo que le pase a Silverio y a cualquiera de nuestros presos políticos, ya que con esta pandemia debieron soltar a todos los presos políticos, que están injustamente recluidos. Libertad inmediata para todos los presos políticos", afirmó Lucinda al denunciar el presunto maltrato a su esposo.