En 2012, el general venezolano Antonio Rivero presentó pruebas ante el Ministerio Público —Fiscalía— de su país sobre la intromisión en los asuntos internos de las Fuerzas Armadas del general cubano Leonardo Andollo.
Según Rivero, Andollo intervino como supervisor en reuniones desarrolladas por el alto mando militar venezolano, algo que está prohibido por ley. “La colaboración militar es permitida, pero en ningún caso [los extranjeros] pueden haber actividades que sólo le competen a la seguridad y defensa de un país”, precisó.
Andollo, de 77 años, y veterano de las guerras de Angola, fue jefe de los asesores militares cubanos en Venezuela, segundo jefe del Estado Mayor cubano, entre otros cargos en la cima del aparato castrense del régimen. Pero, como otros potentados del castrismo, su influencia no se limita a esto.
Una investigación de ADN Cuba reveló que su hija la inmersionista y multirrecordista cubana Déborah Andollo, quien reside en la isla Cozumel, México, desde 2011, pero conserva relaciones comerciales y deportivas con Cuba, mantiene junto a su esposo varias compañías en países considerados paraísos fiscales.
Andollo está casada con Eric Manfred Testi, quien nació en Luxemburgo y estudió en Paris, pero reside en el país centroamericano junto a su esposa. Igualmente, viaja a Europa, Panamá y Cuba con regularidad.
Testi es el jefe de operaciones de mercado de la compañía Bellomonte S. A., la empresa de capital chino-cubano “creada para el desarrollo y administración de inversiones y posterior explotación de instalaciones turísticas del Complejo Turístico de Golf, en la región de Guanabo —La Habana—”, según indica el perfil de su general adjunto Dariem Soto-Navarro González.
Aunque reside en México, donde tiene una academia de buceo, la hija del general creo en 2001 en Panamá Big Blue Diving Inc., con un capital de $10 000. Testi aparece también con distintos cargos en la empresa.
En Luxemburgo se encuentra la segunda empresa a nombre de la hija del general y su esposo. Según documentos consultados por ADN CUBA, en el registro comercial de Luxemburgo, la empresa fue creada en 2006 como una organización sin fines de lucro llamada Blue Yemaya.
“Luxemburgo ocupa actualmente el sexto lugar en el Índice de Secreto Financiero como en el Índice de Paraísos Fiscales Corporativos 2019, lo que lo convierte en el sexto país del mundo que más facilita el secreto financiero y el abuso del impuesto de sociedades”, explica a El Salto, Javier García-Bernardo, doctor en economía política.
El lucrativo negocio de esponjas marinas
Otra empresa vinculada a la hija del general Andollo, aparece en el perfil de negocios del su esposo y se llama Blue Yemaya SA, similar a la organización sin fines de lucro registrada en Luxemburgo, pero dice haber sido fundada en el 2002 en México y se dedica a la venta de esponjas marinas.
Según la página de la tienda online byasponges.com, con sede en Cozumel, una esponja pequeña puede alcanzar la cifra de $200 y un kit $570.
Desde hace años y gracias a un fondo de la ONU, Cuba comenzó a incursionar en el cultivo de las esponjas marinas en las costas de Villa Clara. Según la prensa cubana, “las 12 hectáreas que se cultivan en la actualidad en el área de Villa Clara podían aportar en un año una tonelada de esponjas, cotizada a más de 15 000 dólares en el mercado mundial, fundamentalmente en Europa”.
La ONG creada en Luxemburgo tiene el objetivo de "la defensa del medio ambiente en general y su promoción a través de medios culturales, con la organización de reuniones y eventos sin distinción de lugar, así como todo lo que se relacione directa o con mucho con su objeto social o quien lo favorece. A estos efectos, la asociación podrá realizar todas las operaciones relacionadas directa o indirectamente con la consecución de su objeto social", según datos oficiales del registro de negocios de Luxemburgo consultados por ADN bajo el número de registración F1271.
No especifica nada sobre la venta de esponjas marinas aunque ambas entidades tienen nombres similares.
Panamá, un paraíso para los evasores de impuestos
En 2016, Testi abrió una nueva compañía en Panamá, BTS Caribe S. A., con la firma de abogados Morgan y Morgan de la cual es socio el viceministro de Relaciones Exteriores de Panamá, Luis Miguel Hincapié, quien se vio vinculado por la prensa durante el escándalo de la firma Mossak Fonseca y los Papeles de Panamá.
Según su biografía en Morgan y Morgan, como vicecanciller, Hincapié fue parte fundamental en todos los aspectos de la organización de la Cumbre de las Américas celebrada en Panamá en 2015 que por primera vez en 60 años contó con la participación de Cuba y Estados Unidos. En aquel momento Hincapié era el Presidente del Comité Organizador de la Cumbre.
Durante el escándalo de los Papeles de Panamá, Hincapié refutó las acusaciones de que el país centroamericano funcionaba como un paraíso fiscal y también negó cualquier relación con Mossak Fonseca: “Como socio de una prestigiosa firma panameña —Morgan y Morgan—, y como funcionario público mantengo el mismo compromiso con la integridad y con la defensa de los intereses del país, que en este caso particular se centra en un claro compromiso en la lucha contra el lavado de dinero, el financiamiento del terrorismo y la evasión fiscal”.
No obstante, antes de convertirse en vicecanciller, Hincapié se había desempeñado como agente de dos empresas panameñas que se utilizaron para transferir millones de dólares como parte de un esquema “extraordinariamente complejo y de múltiples capas”, según una demanda de 2012 en un tribunal federal de EE. UU. en Connecticut.
Según un artículo de Connectas, tras analizar documentos de Papeles de Panamá, Hincapié aparece con decenas de intercambios de mensajes referidos a unas 193 empresas. Los motivos van desde cambios de agente residente —que es la firma de abogado— y ratificación de actas de constitución o intercambio de información.
En algunos, firma como miembro de la Unidad Internacional de Morgan y Morgan; en otros, como abogado de esta firma.
Según documentos a los que ADN Cuba tuvo acceso, Morgan y Morgan es la misma firma de abogados que abrió el 14 de marzo de 2016 bajo la notaria octava de la República de Panamá BTS Caribe S. A., la empresa donde aparece el esposo de Andollo y que se dedica a "desarrollar, vender y mercadear comunidades con campos de golf" y ofrecer consultoría a la compañía china Beijing Enterprises Group quien actualmente está a cargo de la construcción del campo de golf de Bello Monte, el mayor complejo turístico inmobiliario asociado al golf de Latinoamérica.
Los tejemanejes de la familia López-Callejas
De ser ciertas todas estas conexiones, informaciones y manejos turbios, no sería la primera vez que una persona con vínculos cercanos a la cúpula castrista se ve envuelta en una situación similar.
El poderoso general cubano Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, sancionado por Estados Unidos en 2020, no sólo controla el emporio del Ejército de Cuba conocido como GAESA ( Grupo de Administración Empresarial S.A.), sino también empresas que el régimen habría creado en Luxemburgo y otros países, identificados como paraísos fiscales, presuntamente para burlar el embargo.
Parte de ello se conoció en 2016 con las revelaciones de los Panamá Papers, pero lo concerniente a la pequeña nación europea y otros turbios negocios empresariales del régimen han quedado aún más al descubierto con una reciente investigación periodística del Miami Herald, el Nuevo Herald y su compañía matriz, McClatchy.
Según descubrieron estos, a partir de un hallazgo de OpenLux –proyecto colaborativo de periodistas de todo el orbe- que revela cómo Cuba ha usado durante decenios el pequeño paraíso fiscal de Luxemburgo para registrar compañías offshore y volar bajo el radar, Guillermo Faustino Rodríguez López-Calleja es el propietario controlador de la empresa Mid Atlantic, registrada en el país europeo desde al menos 1973.
Otro caso similar es el de Acemex Management Company Limited, que opera en el calmoso principado de Liechtenstein, bajo la dirección de Guillermo Rodríguez López-Callejas, el hermano del general Luis Alberto López-Callejas, jefe de las empresas controladas por el Ejército, reveló El Nuevo Herald.
Entre sus negocios están pedir dinero prestado y comprar, vender y fletar los barcos que traen productos químicos, combustible y suministros de construcción necesarios para edificar el creciente sector turístico y exportar minerales.
Acemex sirvió como consorcio paraguas que cubría a docenas de otras empresas vinculadas a Cuba, cuyos lazos con la isla tenían que ser disimulados para operar eficazmente.