Carnes, pastas, cerveza, productos de aseo y limpieza… todo lo que necesita una familia cubana puede encontrarlo el ciudadano “de a pie” en los establecimientos en MLC, asegura nuestro colaborador, Esteban Rodríguez.
Durante un periplo por un de estos comercios, Rodríguez comprobó que están bien abastecidos —dentro de lo que cabe para un país en crisis. Por supuesto, sólo pueden comprar esas mercancías quienes tengan divisas, es decir, la minoría de los cubanos.
“La difícil situación económica que atraviesa el país por culpa del bloqueo no se nota en las tiendas en dólares”, comentó en tono irónico.
Para los cubanos pobres, un número que crece día tras días, ver las tiendas en MLC bien surtidas, mientras los expendios de barrio están vacíos, constituye una ofensa y un síntoma de que al gobierno le importa poco asegurar una alimentación mínima para ellos. Prefieren utilizarlos como fuente de divisas.
Desde que comenzarán a acomodarse estos establecimientos a fines del año pasado, la indisposición sólo ha crecido entre los cubanos. Abiertamente, critican la desigualdad que generan, al punto de catalogar esta medida como “apartheid económico”.
De igual forma, es frecuente encontrar testimonios de personas maltratadas en otros establecimientos estatales, donde no son atendidos con los modales y la educación que se esperarían de un gobierno que se dice humanista.
Casi toda la producción del país, ventanas, refrescos, motos eléctricas, bombillos… termina en las tiendas en MLC. Poco queda para los comercios que venden en la moneda local.
La instauración de este sistema discriminatoria estuvo impulsada por la falta de divisas del Estado, debido a la crisis económica que vive Cuba desde hace dos años, agravada por las afectaciones al comercio internacional y el turismo del coronavirus.
No ha sido la única y tal vez, tampoco la más importante. La Tarea Ordenamiento es el nombre oficial de la unificación monetaria y cambiaria que emprendió el régimen el 1 de enero, que dejará el peso (CUP) como único circulante y al dólar estadounidense como patrón de cambio.
Desde este mes de enero la inflación creció en la isla luego de que el gobierno iniciara el proceso, pero algunos economistas consideran que aumentará mucho más, lo que pondría un reto para la débil economía cubana.
En un intento por combatir la inflación, el régimen subió salarios y pensiones, pero la explosión de precios podría convertir en humo esa decisión gubernamental. Muchos cubanos se han quejado en redes sociales de las tarifas desproporcionadas. A esto se suma la grave crisis económica provocada por el coronavirus.
Actualmente, el régimen compra el dólar americano a 24 pesos cubanos, pero no lo vende, debido a que la escasez de la moneda estadounidense es crónica. El Banco Central aseguró que retomaría la venta de "los verdes" —como se conoce a la moneda norteamericana en la isla— si crecía el turismo y mejoraba la economía.