La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de EE. UU. eliminó a dos cubanos de su “lista negra” y restableció la posibilidad de que estos ciudadanos puedan hacer negocios y tener cuentas bancarias en ese país.
La medida, difundida a través del portal del Departamento del Tesoro, beneficia a Juan M. de la Cruz, a quien la OFAC en Japón. Además, la información agrega que tuvo vínculos con el Banco Central de Cuba, por lo cual supuestamente entró a la “lista negra” desde hace años.
El otro cubano es José Reyes Gutiérrez, posiblemente relacionado con la agencia de viajes Viñales Tours. De Reyes se conoce que reside en Oaxaca 80, colonia Roma, en la Ciudad de México.
Viñales Tours es considerado como “operador turístico mayorista número uno en México”, y tienen sedes en Cancún, Guadalajara y la capital. Reyes Gutiérrez apareció por primera vez en el listado de la OFAC en 1996.
La OFAC introdujo nuevos nombres de cubanos a finales del año pasado, luego de que Donald Trump decidiera terminar su mandato con sanciones hacia el régimen cubano, entre ellas, la inclusión de La Habana en la lista de países patrocinadores del terrorismo.
Entre los afectados estuvieron el ministro cubano de las Fuerzas Armadas, Leopoldo Cintra Frías, y el jefe del conglomerado comercial de ese ministerio, Luis Alberto Rodríguez López-Callejas, quien controla el 70% de la economía cubana.
En esos días varias instalaciones turísticas en toda Cuba fueron incluidas, por lo cual los estadounidenses no se pueden hospedar; y además se prohibió la importación de ron y tabaco.
Por otra parte, entre las empresas sancionadas estuvieron GAESA —al frente de la cual está López-Callejas— y Fincimex, que tenía un acuerdo con Western Union a través de una empresa paralela en Panamá para controlar el envío de remesas a Cuba desde EE. UU., la principal fuente de divisas del régimen en estos momentos.
El último paso de la administración Trump fue incluir a Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo, según dijo la Casa Blanca, por apoyar a las guerrillas colombianas y dar cobijo a prófugos de la justicia estadounidense.
El Departamento de Estado eliminó a Cuba de su lista de patrocinadores del terrorismo en 2015, después de que el presidente Barack Obama anunciara la “normalización” de las relaciones entre Washington y La Habana, por primera vez desde la revolución que terminó en dictadura comunista.
El gobierno de Reagan añadió por primera vez a Cuba a la lista de terrorismo en 1982 por apoyar a los insurgentes izquierdistas en América Latina. Durante la era Obama, el Departamento de Estado lo citó como un “refugio seguro” para los separatistas vascos y los rebeldes colombianos.