Trump planea regresar a Cuba a lista de países patrocinadores del terrorismo

La administración saliente de Estados Unidos podría regresar a Cuba a la lista de patrocinadores del terrorismo, lo que dificultaría cualquier esfuerzo de Joe Biden para reanudar el entendimiento con la dictadura castrista
Donald Trump, como presidente de Estados Unidos
 

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La administración saliente de Estados Unidos podría regresar a Cuba a la lista de patrocinadores del terrorismo, lo que dificultaría cualquier esfuerzo de Joe Biden para reanudar el entendimiento con la dictadura castrista.

Funcionarios del Departamento de Estado han elaborado una propuesta para designar al régimen “comunista” como patrocinador estatal del terrorismo, reveló The New York Times (NYT).

A pocas semanas de que Donald Trump traspase la presidencia a Biden, el Secretario de Estado Mike Pompeo debe decidir si firmar la medida, según dos funcionarios estadounidenses, algo que todavía no está dilucidado.

Pero los demócratas y expertos en política exterior creen que Trump y sus altos funcionarios quieren evitar que el futuro mandatario demócrata desmantele con facilidad la política de “mano dura” con los regímenes autoritarios, llevada a cabo por los republicanos. En las últimas semanas, la administración actual también ha tratado de aumentar la presión y las sanciones estadounidenses sobre China e Irán.

Según NYT, sacar a Cuba de esa lista requeriría a Biden más que “el golpe de un bolígrafo presidencial”. El Departamento de Estado tendría que llevar a cabo una revisión formal, un proceso que podría tomar varios meses.

El Departamento de Estado eliminó a Cuba de su lista de patrocinadores del terrorismo en 2015, después de que el presidente Barack Obama anunciara la “normalización” de las relaciones entre Washington y La Habana, por primera vez desde la revolución que terminó en dictadura comunista.

A cambio de promesas de reforma política y social, Obama retiró sanciones económicas al castrismo, relajó las restricciones a los viajes y al comercio y reabrió una embajada en La Habana. En 2016, se convirtió en el primer presidente estadounidense en visitar la isla desde Calvin Coolidge. Sin embargo, poco cambió en materia de derechos civiles y políticos en Cuba, donde se sufre en los últimos meses una ola represiva.

El gobierno de Reagan añadió por primera vez a Cuba a la lista de terrorismo en 1982 por apoyar a los insurgentes izquierdistas en América Latina. Durante la era Obama, el Departamento de Estado lo citó como un “refugio seguro” para los separatistas vascos y los rebeldes colombianos.

En mayo del 2020, en un posible adelanto de la medida que ahora podría tomarse, el Departamento de Estado notificó al Congreso que Cuba se encontraba entre los cinco países que “no cooperaban plenamente” con los esfuerzos antiterroristas estadounidenses.

La notificación citó la negativa de Cuba a una solicitud de Colombia de extraditar a 10 líderes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) que vivían en La Habana, después de que el grupo se atribuyera la responsabilidad de un bombardeo de una academia de policía en Bogotá que mató a 22 personas.

The New York Times informó que “el gobierno represivo de Cuba ha decepcionado en gran medida las esperanzas de que pueda liberalizarse después de la muerte de su líder revolucionario, Fidel Castro, en noviembre de 2016. La Habana continúa arrestando y deteniendo a disidentes y reprimiendo una reciente huelga de hambre de artistas y otros activistas de la capital, evidenciando a muchos republicanos que su gobierno no merece relaciones cordiales de Washington”.

En un artículo de opinión publicado este mes en The Miami Herald, el senador de Florida, Marco Rubio, instó a Biden a “estar de pie con los disidentes” y a no “lanzar un salvavidas al régimen dictatorial de Raúl Castro”.

 

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