El realizador cubano, Eduardo del Llano, criticó el desabastecimiento que prevalece en las tiendas en CUC y en pesos cubanos, a diferencia de las que venden productos en moneda libremente convertible (MLC).
En sus redes sociales, el cineasta aseguró categóricamente que "en las tiendas y mercados en pesos cubanos no hay casi nada. Las tiendas en CUC son desde hace un tiempo comparables a las bibliotecas en tanto templos de retiro y meditación trascendental".
También explicó que en las tiendas MLC -prohibitivas para el cubano de a pie- "no hay de todo: es prácticamente imposible encontrar café, papel sanitario, leche en polvo".
Dichos establecimientos, abiertos desde hace más de tres meses, contienen en su mayoría productos de lujo o secundarios, es decir, que no son de primera necesidad.
En su post de Facebook, Del Llano apela a la ironía.
"Ah, pero la gente ignora que el Estado ha abierto además un puñado de Tiendas de Recaudación de Diamantes y Petróleo Refinado. Si llegas a una de ellas con un par de piedras de tu abuela -asumiendo que no las hayas cambiado en las Casas del Oro y la Plata en los ochenta- verás a la entrada a unos joyeros tras sendas mesas, que se ponen su cristal de aumento en el ojo y examinan tus piezas, o bien unos químicos que analizan tu petróleo, y si te dan su aprobación tendrás derecho a acceder a un recinto de fábula dónde encontrarás de todo, desde pan hasta Lamborghinis. Si no se ha divulgado su existencia es para no crear estado de ansiedad y un mercado subterráneo de joyas falsas", escribió.
Por último dijo que "ahora se estudia la posibilidad de abrir tiendas de Recaudación de Órganos. Es que a la gente le encanta quejarse por gusto".
Las tiendas en MLC van en aumento cada día.
A más de tres meses de implementado esto que críticos del régimen llaman "apartheid económico", cada vez hay más tiendas MLC y menos en moneda nacional, además de que estas últimas sufren desabastecimiento.
La verdad es que dicha medida ha provocado el rechazo de un sector importante de la población, que ya no cree en promesas hechas desde la comodidad de la Mesa Redonda.