Edificio podría sepultar a varias familias en La Habana

Ubicado en la barriada La Víbora, muy cerca de la intercepción de las calzadas Acosta y Diez de Octubre, el inmueble fue declarado inhabitable en los años 90.
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Un edificio en la avenida Diez de Octubre, del municipio homónimo en la capital, está a punto de colapsar tras 30 años sin mantenimiento, comentan inquilinos del inmueble a CubaNet.

Tras derrumbes parciales en los años 90, los Institutos de Vivienda y Planificación Física lo decretaron como inhabitable, pero las personas siguen en el lugar a falta de otras opciones, una realidad que se repite por toda la isla.

“Llovían aguas albañales. Lo mismo caían granos de frijoles que restos de excrementos”, comentó Andrés Gallardo, uno de los inquilinos, al citado medio. “Poco a poco comenzó a pasar lo mismo en los pisos superiores, lo peor es cuando cae algún aguacero porque se inunda todo. En mi cuarto el agua sube hasta 20 centímetros”.

Ubicado en la barriada La Víbora, muy cerca de la intercepción de las calzadas Acosta y Diez de Octubre, el inmueble, construido en 1903, constaba de una cuartería, un área para la elaboración de alimentos y dos baños públicos: uno para damas y otro para caballeros.

Los pisos se hunden al pasar, las paredes están desconchadas y enmohecidas. Según los habitantes, es común que todos los días caigan trozos de techo.

El gobierno municipal de Diez de Octubre se habría comprometido a reubicar a los inquilinos en albergues, pero sólo una parte salió a inicios del siglo. Más de 15 años después sólo unas pocas personas han logrado abandonar el edificio, la mayoría acogidas por familiares.

En la actualidad en el inmueble conviven un total de 13 núcleos, compuestos por 13 hombres, 14 mujeres, seis menores de edad de entre tres meses y 11 años, y tres ancianos. De los 36 residentes, cinco presentan afecciones crónicas de salud: dos enfermos de VIH-SIDA, un epiléptico, un diabético y un esquizofrénico-paranoico.

En la Isla, miles de personas no tienen dónde vivir o residen en locales inhabitables, ya sean edificios en peligro de derrumbe o casas sin servicios básicos. Al llegar a la presidencia, Miguel Díaz-Canel prometió aumentar la construcción de viviendas, un plan que no se ha concretado hasta el momento.

La construcción de viviendas por cada 1000 habitantes disminuyó de 6,1 en 1989 a 3,6 en 2005. En 2006, se construyeron 111 400 nuevas unidades y la proporción subió a 9,9, ambos récords históricos.

Después de 2006, bajó constantemente hasta 22 100 en 2016, mientras que la razón de unidades construidas por 1000 habitantes disminuyó de 9,9 a 1,9.

El presidente del Instituto Nacional de la Vivienda (INV) Víctor Ramírez, declaró en 2008 que 1,17 millones de viviendas (30 por ciento del inventario) estaban en condición “regular” o “mala” y que el 85 por ciento de las unidades con más de tres pisos necesitaban reparaciones fundamentales, pero la falta de materiales de construcción lo impidió.

 

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