Bécquer niega abusos sexuales y se declara creyente en “la Revolución”

El trovador cubano Fernando Bécquer, acusado de múltiples abusos sexuales, dijo que es víctima de una “calumnia” y se declaró un seguidor de “la Revolución”
Trovador Fernando Bécquer
 

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Fernando Bécquer, cantautor cubano acusado de múltiples abusos sexuales, dijo este jueves al terminar un concierto en La Habana que es víctima de una “calumnia” y se declaró un seguidor de “la Revolución”.

En un reportaje de la revista El Estornudo, cinco mujeres denunciaron al músico por utilizar su influencia en los ambientes bohemios de La Habana, así como engaños, para acosarlas y violentarlas.

No le doy credibilidad. No sé de qué me están hablando. No sé, y más cuando es una calumnia que me están haciendo a mí. Yo no voy a contestar”, dijo el trovador en el Centro Cultural Artehabana, según reporte del periodista independiente Mauricio Mendoza, de Diario de Cuba.

“Yo no creo nada, yo creo en la Revolución”, añadió Bécquer en el concierto auspiciado por el cantautor Raúl Torres, otro músico partidario del régimen cubano.

Torres defendió la víspera al trovador y dijo que es una “víctima de calumnias por defender la Revolución... Trankilo ya hay leyes que te defienden”.

Bécquer es un habitual participante en iniciativas de propaganda organizadas por el Ministerio de Cultura y en eventos políticos. A finales de octubre descalificó como “una farsa” la convocatoria para el 15 de noviembre a una Marcha Cívica por el Cambio y a favor de los derechos humanos.

También actuó en la “Sentada de los pañuelos rojos”, un evento organizado por partidarios del castrismo para rechazar las iniciativas pro democráticas en Cuba que contó con la participación del presidente Miguel Díaz-Canel.

El reportaje del medio independiente publicado el miércoles es resultado de una investigación de varios meses e incluye las historias de Any Cruz, la artista Lilliana H. Balance, la productora Claudia Expósito y otras dos mujeres con identidades protegidas, bajo los seudónimos de Silvia y Patricia.

Él método que describen en sus testimonios consiste en acercarse con pretextos religiosos y ofrecer “consultas” yorubas y “despojos” en una casa donde Bécquer llevaría desde hace años a sus víctimas, generalmente adolescentes o muy jóvenes, para atacarlas con interés sexual.

El artículo causó gran impacto en redes sociales y otras féminas revelaron sus experiencias de acoso y violaciones con Bécquer, mientras que varios trovadores salieron a apoyarlo.

Ray Fernández respaldó a su amigo y colega. Descalificó en redes sociales las denuncias tildándolas de “chanchullos, bretes y difamación”. Incluso, en un post Fernández dio a entender que sabía de algunas historias similares sobre Bécquer.

Ariel Díaz y Mauricio Figueiral son otros trovadores vinculados a instituciones oficialistas que salieron a defender a Bécquer o poner en duda los testimonios.

Díaz y Figueiral son mencionados en el artículo de El Estornudo, como también el cantante Adrián Berazaín, entre los amigos de Bécquer que sabían de sus actividades de presunto depredador sexual.

Por el contrario, otros cantautores como Eric Méndez, Rolando “Roly” Berrío y Raúl Marchena sí han respaldado en redes sociales a las mujeres que denunciaron a Bécquer.

Tras las acusaciones una cubana reveló que en una ocasión intentó denunciar al músico y la policía de Zapata y C, en La Habana, desestimó su demanda.

Siete años atrás Massy Carram trabajaba para una agencia que deseaba hacer negocios con el apartamento de Bécquer, ubicado en la calle G en el Vedado habanero, adonde llevaba a sus víctimas.

“Ese señor intentó convencerme, enredarme e incluso se propasó. No llegó a tocarme porque me volví como loca dispuesta a defenderme con uñas y dientes. Logré salir intacta físicamente”, relató.

“Eran las 2 pm cuando entré a la estación de Zapata y C temblando. El [oficial de] carpeta Yorelbis me atendió. Dado que fui voluntariamente al lugar, que el supuesto acusado no me llegó a tocar y que pude salir 'intacta' mi denuncia no procedió. Ni siquiera terminaron de oír mi historia. Me miraron raro”.

Carram criticó la actitud de los otros trovadores que han sido cómplices de las acciones de Bécquer y los denominó como culpables también.

Indicó que a Bécquer “le huyo como a la peste, violentó a mujeres muy cercanas y en ese momento sentí que me había violentado a mí también, no conocía la palabra sororidad, pero lo sentía”.

 

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