El negocio de las criptomonedas ha entrado también a la isla, y algunos cubanos lo utilizan para obtener ganancias, como es el caso de Eyonys González, quien hace de intermediario entre residentes en el exterior y sus familiares o amigos en la isla.
Sin moverse de su casa en La Habana ni tocar un solo billete, hace intermediario con apenas un “click” de su celular, convirtiendo los envíos de criptomonedas en dólares americanos o pesos cubanos, por una comisión.
González es parte de una comunidad pequeña en expansión que usan estas monedas virtuales para convertirlas en remesas en un contexto agravado por las sanciones de Estados Unidos a la nación caribeña y cuyo efecto se agudizó con el nuevo coronavirus.
Aunque no las regula ningún gobierno o entidad bancaria y algunos expertos lo consideran un riesgo, algunos en la isla adquieren criptomonedas para proteger sus ahorros de la devaluación del peso cubano.
“Recibo esas remesas, hago el pago y uso esas critpomonedas”, explicó González a AP, miembro de la plataforma en internet BitRemesas a través de la cual se realizó la operación.
Surgidas en 2009, las criptomonedas son dinero virtual —no existe en físico— que no están respaldadas por oro como en antaño o en la riqueza de un país, como en el caso de las divisas nacionales que hoy conocemos.
No hay cifras de la cantidad que se está moviendo en Cuba, pero según expertos consultados por AP su uso se incrementó desde que la administración del expresidente Donald Trump comenzó una persecución más dura de los bancos e inversionistas que se atrevieran a trabajar con la isla y suspendió a finales de 2020 la autorización a Western Union para trabajar con Cuba.
Cuba no está sola en el continente: reportes a la AP en Argentina, Chile y Centroamérica indicaron que el uso de las criptomonedas es cada vez más popular, incluso entre las comunidades indígenas de El Salvador con fuerte inmigración y potenciales generadores de remesas desde Estados Unidos.
Cubanos que viven de este negocio
Hay un creciente mercado de inversionistas cubanos en monedas virtuales, según ha revelado un extenso reportaje publicado por el portal oficialista Cubadebate, que menciona y entrevista a varios "inversionistas" y "mineros" residentes en Cuba.
Rubén de Jesús Moraga Ramírez conoció la empresa Karatbars Internacional y abandonó la idea de emigrar del país. Cuatro años más tarde, este técnico medio en Informática, de apenas 32 años, es líder de “la comunidad más grande de criptomonedas en Cuba.
Rubén estudió educación financiera, mercados, costos, beneficios y decidió, junto a su amigo Frank, comenzar a “instruir” a todo el que quisiera escucharlos, dar conferencias, charlas sobre rentabilidad e inversión. Así nació Karatbars Cuba, que el 18 de julio era ya una comunidad de 6 000 personas aproximadamente, 500 de ellas activas en todo el país, desde Pinar del Río hasta Guantánamo, con mayor presencia en La Habana y Holguín.
El ingeniero industrial Ruslán Concepción cuenta al medio oficialista que empezó su incursión en el mundo cripto con apenas 15 dólares, y ahora ha solucionado, gracias a la moneda digital, problemas concretos de su vida, como las recargas del saldo de su teléfono celular.
Otro inversor, Ángel Fernández Rodríguez, es informático y tiene 32 años. Adquirió sus primeras criptomonedas en abril de 2018. Ahora es miembro activo de Karatbars Holguín.
A veces no duerme estudiando o haciendo trading. Gracias a las criptomonedas es “independiente”, pero sigue en su profesión. “¿Cuánto capital tengo? No te lo puedo responder. Pero alcanza para vivir modestamente”.
Sanciones de EE. UU.
En diciembre de 2020, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos multó a la plataforma de criptomonedas BitGo por facilitar transacciones de usuarios cubanos y de otros países sancionados entre 2015 y 2019, mediante el uso de los servicios de billetera de criptomonedas de la compañía.
BitGo, que ofrece servicio de custodia de criptomonedas y operador de billeteras electrónicas, irrespetó las sanciones y políticas estadounidenses respecto a países y zonas como Crimea, Cuba, Irán, Sudán y Siria, según concluyó la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC).
El Tesoro halló en su análisis que hubo 183 “aparentes violaciones” de varios de sus programas de sanciones, como las conformantes del embargo a Cuba. Dichas irregularidades mantienen el estatus de "aparente" debido a que las acusaciones se basan en las direcciones IP desde las que los usuarios accedieron a las billeteras de BitGo, detalló el medio Cointelegraph.
Como factores atenuantes de la responsabilidad de la empresa, el Tesoro destacó en su análisis que "BitGo examina todas las cuentas, incluidas las cuentas de 'billeteras calientes', en la Lista de Nacionales Especialmente Designados y Personas Bloqueadas de la OFAC, incluidas las direcciones de billeteras de criptomonedas bloqueadas e identificadas por la OFAC".
Gracias a eso la empresa ha podido llegar a un acuerdo con la entidad gubernamental, mediante el cual pagará 98 830 dólares, una cifra elevada, pero baja si se contempla al calor de la dureza habitual de las sanciones derivadas de violar los programas de la OFAC.
El acuerdo es relativamente indulgente, aunque el valor real de la transacción fue menos del 10 por ciento de la multa, señaló en su reporte al respecto el citado medio, que además subrayó que la pena civil, si el caso hubiera ido a juicio, habría oscilado entre 183 000 y 53 millones de dólares.