Desde el mes de abril, el agua que era potable en el municipio de Calimete, de la provincia Matanzas, está completamente contaminada. Al parecer la fuente es una estructura del central azucarero Jesús Rabí, que debía procesar sustancias residuales de la zafra azucarera, y colapsó.
Unos 1900 residentes están afectados por este desastre, que se conoció cuando a los hogares comenzó a llegar agua fétida, turbia y con partículas verdosas, según Yoelkys Morales Acosta, un vecino.
“Su consistencia era gelatinosa, y su color de un amarillo tan fuerte que manchaba las tazas sanitarias y los lavamanos. Por supuesto no podríamos utilizarla en los animales o el riego”, explicó al periódico oficialista local.
Los residentes en el poblado rural, y las investigaciones preliminares de las instituciones implicadas indican que la fuente de contaminación del agua potable es la fábrica que procesa la caña de azúcar. Sin embargo, Orlando Vandrell Cuello, director adjunto de la Empresa Azucarera Matanzas, lo negó.
“Hasta el momento el origen se encuentra por precisar a partir de que cerca de la fuente de abasto se encuentra un criadero de cerdos que pertenece a una persona natural, y varios procesos que se realizan durante la zafra no se utilizaron en la actual campaña”, aseguró el funcionario estatal.
No obstante, en el agua hay partículas de grasas e hidrocarburos, ácido clorhídrico, potasa, cachaza y otros residuos con un alto contenido de azúcar, sustancias involucradas en el proceso fabril.
“A partir de la revisión a una muestra de los pozos que presentaba problemas, concluimos que la calidad del agua estaba dada por los cambios físico-químicos provocados por la descomposición de materia orgánica producto de varios procesos industriales que se realizan en Jesús Rabí, y que con el transcurrir de los años pudo acumularse”, explicó Amaury Anchía Sánchez, director de la empresa Este Aprovechamiento Hidráulico Matanzas.
El colapso de la “piscina de residuales”, habría infiltrado el manto freático, y puesto en peligro la salud de los pobladores de Calimete. También puede ocasionar grandes daños al medio ambiente.
La estructura para dar tratamiento a los desechos del central Jesús Rabí fue construida hace unos años. Pero “resultó insuficiente al incrementarse la capacidad de molida de la industria, así como las producciones de mieles y alcoholes, lo cual provocó la obstrucción de los conductores”, explicó al semanario Girón un directivo del central, Oscar Luis García Peña.
Aseguró que se aprobó un proyecto para construir otro sistema de piscinas con nueva tecnología y mayor capacidad.
Pero lo que no está cerca de terminar son los problemas de los vecinos, quienes deben sobrevivir con agua suministrada en camiones cisternas (pipas) cada cierto tiempo.
“No resuelve la situación de la totalidad de los pobladores del central por la incapacidad de algunos para almacenarla”, afirma Yoelkys Morales Acosta.
Según el medio oficialista, este mes ya se hizo una perforación para encontrar otra fuente de abasto de agua, pero también está contaminada. Los residentes de Calimete no saben cuándo ni cómo, volverán a la normalidad, sobre todo porque se acerca el reinicio de la zafra y con ella el peligro de más contaminación.
Según los especialistas, la descomposición de la materia orgánica subterránea emite gases hacia la superficie que pueden provocar otras situaciones desagradables como las quemaduras graves producto de una reacción del fuego con el metano, el daño permanente al canal de Soplillar ubicado en la Ciénaga de Zapata, o las alteraciones a las zonas costeras.