Cineasta cubano responde a Granma por usar su película Conducta para criminalizar coleros

“No has entendido nada”, dijo el reconocido cineasta Ernesto Daranas al vocero del régimen que aludió a su película Conducta en el periódico Granma. “Los coleros no son el verdadero problema. Criminalizarlos no pondrá fin a la escasez, del mismo modo en que televisar solo a los acaparadores deja intacta la raíz de la corrupción que nos agobia”, expresó
 

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El prestigioso director de cine cubano Ernesto Daranas se pronunció sobre la publicación de un artículo en el periódico oficialista Granma que alude a su premiado largometraje Conducta, para criminalizar coleros y justificar la persecución

Daranas, no tiene cuenta en la red social Facebook por lo que varios allegados han compartido el mensaje que deseaba enviar al vocero del régimen. En el perfil del editor y director de Post-producción, Pedro Suárez, se publicó el comunicado del cineasta.

Publicamos íntegramente las palabras de Ernesto Daranas:

“Cada espectador tiene el derecho de hacer suya una película e interpretarla a su manera. En ese sentido, debo respetar la apropiación que el periodista Elson Concepción hace de “Conducta” en las páginas de Granma, respaldando las medidas que se han tomado contra los coleros y la importancia que él les atribuye frente a la pandemia. No voy a hablar entonces en nombre de Chala o de Carmela para no interferir en su idea de lo que estos personajes representan.

Prefiero referirme al aula que comparten. Una pequeña aula con un mural de la patria en el que una alumna “palestina” ha colocado una estampa de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre. Un aula en la que estudia el hijo de un preso político que es el mejor amigo de Chala. Un aula repleta de muchachos que podrían ser hijos de coleros y coleras, o de padres que no tienen dólares para comprar en las nuevas tiendas. Con esa aula intenté la parábola de una Cuba inclusiva, tolerante y diversa. Mi prioridad fue nuestra autoestima, el recordatorio de lo que realmente somos como cultura y como pueblo, mucho más allá de esos símbolos y consignas entre los que el significado de “Patria” se extravía.

Los coleros no son el verdadero problema. Criminalizarlos no pondrá fin a la escasez, del mismo modo en que televisar solo a los acaparadores deja intacta la raíz de la corrupción que nos agobia. Eludir las causas reales de nuestras dificultades y fabricar un enemigo frente a cada problema es parte de un modus operandi agotado, que solo sirve a quienes intentan que apartemos la mirada de los cambios que todos sabemos necesarios. Las crisis son, también, excelentes oportunidades de transformación y crecimiento.

A su manera, “Conducta” habla de esa Cuba posible. De esa Cuba compleja que ha sabido plantar cara a la pandemia evidenciando el talento de su pueblo y de su ciencia. Una Cuba con todos y para el bien de todos. Una Cuba en la que cada ciudadano pueda aportar todo lo que su iniciativa y esfuerzo generen. Una Cuba en la que no serían necesarios policías, militares ni movilizados para cuidar de una cola. Pero insisto, cada cual tiene el derecho de interpretar una película a su manera”.


Ernesto Daranas  es uno de los más reconocidos cineastas cubanos en la actualidad. En 2004, dirigió junto a Natasha Vázquez, el documental Los últimos gaiteros de La Habana, el cual mereció el Premio Internacional de Periodismo Rey de España, uno de los más importantes del mundo hispano.

Ese mismo año, escribió y dirigió el telefilm La vida en rosa, ganador de disímiles premios de la televisión cubana. Su primer largometraje de ficción Los dioses rotos (2008), resultó ganador en los festivales internacionales de Providence, La Habana, Ceará y Gibara. También dirigió Bluechacha (2012), nominado al Grammy Latino como Mejor Vídeo Musical de Larga Duración.

En Conducta (2014), Daranas aprovechó sus conocimientos como Licenciado en Pedagogía y Geografía y su constante preocupación por reflejar la realidad de la isla para narrar, desde una profunda sensibilidad, “la historia de Chala, un niño habanero de 11 años que vive con su madre adicta y entrena perros de pelea para sobrevivir, y de Carmela, su profesora de sexto grado, que lucha para evitar que el niño sea enviado a una escuela de conducta”.

La premier del filme fuera de Cuba tuvo lugar en el Festival de Málaga, donde ganó, en la sección Territorio Latinoamericano, los premios a: Mejor película, Mejor dirección, Premio del público y Mejores actuaciones para los dos protagonistas, iniciando así a su exitoso recorrido internacional.

Su siguiente largometraje fue Sergio y Sergei, donde refleja las penurias de Cuba durante el periodo especial.

 

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