En Torriente, un poblado de la provincia de Matanzas, cinco miembros de las “tropas especiales” del Ministerio del Interior (Minint) propinaron una golpiza al activista Alexander Aguilar Sosa, según denunció el expreso político.
En declaraciones al independiente Diario de Cuba (DDC), explicó: “Yo venía como a las 7 u 8 p.m. con unos muslos de pollo que conseguí y cinco boinas negras me dijeron que a esa hora no podía andar por ahí”.
Según su testimonio, cuando argumentó que su casa estaba en la esquina, “apareció un bicitaxero de la nada” y lo golpeó. “Cuando le devolví el golpe, los 'boinas negras' me cayeron arriba”, aseguró el activista.
Los llamados boinas negras pertenecen a la Brigada Especial del Minint, es un cuerpo de élite encargado de enfrentar motines, protestas populares, y el rescate de rehenes, así como realizar “acciones antiterroristas”. Este órgano, que posee destacamentos de “Destino Especial” por la naturaleza de sus misiones y entrenamiento, también patrulla las calles ante “situaciones excepcionales” y cuando las autoridades prevén multitudes que puedan salirse de control.
Un reportaje emitido en la televisión nacional hace unos meses, presentó a la Brigada Especial Nacional como “capaz de enfrentar las actividades contrarrevolucionarias, delictivas y antisociales de gran envergadura y peligrosidad en el país”.
Aguilar Sosa ha denunciado la difícil situación del poblado Torriente, en medio de la actual ola pandémica. El opositor de 45 años es coordinador, en el municipio de Jagüey Grande, del Partido por la Democracia “Pedro Luis Boitel”.
Entre las denuncias del activista que molestan al régimen, en los últimos meses, está que el gobierno oculta la verdadera situación sanitaria de Torrienta, que “ha provocado extraoficialmente más de una decena de muertos”, reportó Diario de Cuba.
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“Temo por mi vida en Torriente”, declaró el opositor, quien aseguró al medio citado: “Me quieren matar aquí. Si me pasa algo mañana, responsabilizo a Díaz-Canel. Yo estoy sano, y si pasa algo conmigo que no digan que me dio COVID-19 o un infarto”.
Refirió que, pese a la golpiza de las tropas de élite, en el policlínico del pueblo se negaron a atender sus lesiones.
“Los médicos nada más están por la COVID. Me dijeron que no podían atenderme. Tengo las dos rodillas, los codos heridos, una costilla que creo que me rompieron. Tengo un oído sangrando”, denunció.
Además, aseguró que llevan confinados en Torriente “casi un mes” y no “venden nada” barato. “La libra de arroz está a 50 pesos, la de cerdo a 150, el mismo Estado sacó un paquetico de espaguetis a 90 pesos”, denunció en entrevista con DDC.
Su situación se agrava porque se gana la vida con un bicitaxi, pero la circulación por las calles está prohibida desde inicios de abril.