Este lunes 18 de mayo el diario estatal Juventud Rebelde dio acuse de recibo a una carta enviada por Bárbara M. Planchat donde se explica la situación de un anciano de 85 años que duda si tendrá dieta para el próximo mes de junio.
Bárbara, residente de Herrera 261, entre Reforma y Guanabacoa, en Luyanó, municipio capitalino de Diez de Octubre, busca que se le dé una solución a lo ocurrido con su vecino Dagoberto Fernández Castro.
Al anciano de 85 años, que vive en el no. 264 de la misma cuadra que Bárbara, se le vence la dieta de alimentos para el colesterol el 31 de mayo. Por tal motivo fue a la carnicería a preguntar si le darían la dieta de pescado de este mes, que está por llegar, y el carnicero le dijo que no lo sabía. Fue igualmente al punto de leche, a consultar si recibiría la que le toca este mes, y le respondieron lo mismo.
Ante la incertidumbre Dagoberto se dirigió al consultorio con la intención de renovar los papeles de su dieta, "y el médico de la familia le planteó que debía ir al policlínico 14 de junio, que está a bastantes cuadras de su hogar, para hacerse los análisis. Dagoberto fue a la oficoda y le dijeron que volviera en junio, que posiblemente alargarían hasta septiembre las dietas. Pero de todas maneras tendría que volver", relata el Juventud Rebelde. Todo esto le sucede en medio de la pandemia del coronavirus a un anciano como ya dijimos de 85 años, que pertenece a la población que más en riesgo esta respecto a la enfermedad.
"Según yo vi y escuché las orientaciones en la Mesa Redonda, todas las dietas que vencieran automáticamente, no vencerían, para evitar el desplazamiento a las instalaciones médicas y de otra índole, por el aislamiento necesario", explica Bárbara, y agrega: "Entonces, ¿cómo queda Dagoberto? La oficoda también queda lejísimos de aquí. ¿Habrá alguien que pueda ratificar y poner en rigor esta disposición? Si no, ¿a quién creer?".
Es lamentable que cosas como estas aun continúen sucediendo en Cuba, algo que nada tiene que ver con factores externos al país, como el cacareado embargo estadounidense, y sí mucho con la mala gestión del gobierno y sus instituciones.
Y es que el caso de este señor no es un hecho aislado, es una contrastante en la vida de un país secuestrado por un régimen totalitario, régimen que su sobrevivencia se la debe en gran medida a la burocracia, o "burrocracia", como prefieren llamarla muchos, porque siempre da la impresión de no estar a la altura, no poder, o no saber cómo solucionar los problemas de la población.