El panel "En diálogo", que auspicia la revista Espacio Laical en el Centro Cultural "Padre Félix Varela", ubicado en La Habana Vieja, reunió el pasado viernes 27 de septiembre a varios activistas para debatir sobre la necesidad de una Ley de Protección Animal en Cuba.
Beatriz Batista, joven activista contra el maltrato animal, participó como moderadora del encuentro y recordó recientes casos de abusos contra gatos, perros, caballos y otros animales, que se han denunciado en redes sociales y por la prensa independiente.
Entre los casos mencionados en el debate estuvieron el del caballo que colapsó en una calle de Camagüey “por falta de combustible y de humanidad” o las condiciones abusivas que soportan “los perros de raza que venden en el Parque Cristo en La Habana Vieja”.
Sahily María Naranjo abordó el tema de adopción; Odalys Jaramillo el de la esterilización; Sergio Boris Concepción tocó el tema de la concientización y Batista el de maltrato y la necesidad de una ley que proteja a los animales y castigue su maltrato.
Batista también contó cómo le negaron la entrada en la oficialista Asociación Cubana de Protección a Animales y Plantas (ANIPLANT), única entidad legal en el país dedicada al tema
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Sergio Boris Concepción, miembro del grupo independiente Cubanos en Defensa de los Animales (CEDA) y panelista este viernes, resaltó las complejidades que deben enfrentar los activistas para desarrollar cualquier proyecto independiente en la Isla.
"Fue un evento de los primeros en su tipo, y me di cuenta de que es algo fundamental que debemos hacer más a menudo. Debemos hacer más reuniones con criadores y animalistas, y sobre todo, es importante que personas independientes se lancen a las escuelas o a los parques, para concientizar aunque sea a una mínima cantidad de personas" --dijo Concepción a ADN Cuba.
Contó también cómo su grupo, CEDA, organizó hace años una recogida de diez mil firmas para exigir la presencia de la Ley de Protección en la Constitución cubana. Lamentablemente, las firmas no se recogieron ante notario y la iniciativa no tuvo entonces un valor legal y no fue admitida.
Los activistas resaltaron la falta de apoyo estatal y la carencia de recursos entre los principales inconvenientes para su trabajo.
También contaron que la Aduana cubana ha confiscado material para campañas de esterilización y vacunación, medicamentos y otros recursos que les han sido enviados desde el extranjero.
Otros animalistas presentes también denunciaron los procedimientos implementados por zoonosis para el sacrificio de perros, entre ellos, el uso de la estricnina para sacrificar a los perros callejeros.
Activistas cubanos llevan mucho tiempo pidiendo al Gobierno que apruebe una Ley de Protección Animal, sin que hasta el momento el gobierno dé señales de querer impulsar la iniciativa. En consecuencia, hasta la fecha, el maltrato animal en el país queda impune.