Abuso policial, una constante en el régimen de los Castro

Abu Duyanah explica algunos motivos de por qué y cómo la represión policial en Cuba ha aumentado bajo el gobierno de Díaz-Canel
La policía arrestó desnudo a un hombre en Santiago de Cuba
 

Reproduce este artículo

Si bien la represión es inherente al régimen de los Castro, para nadie es un secreto que en la administración de Miguel Díaz-Canel ha sufrido un incremento notable, agudizado luego de que impusieran el estado de cuarentena y demás medidas asociadas al enfrentamiento de la COVID-19.

Algo a considerar en este asunto, que sirve para neutralizar a esos que siempre intentan marear la perdiz señalando lo que ocurre en otros países, es que si la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) y el resto de los órganos de represión del régimen no han hecho un uso más desmedido o continuo de la fuerza, es solo porque el pueblo no ha dado motivos suficientes, aunque en los últimos meses esto último ha ido cambiando.
 
Para no perderse por las ramas hay que partir de que el principal problema en este tema es que la PNR actúa con total impunidad, como si se tratara de un grupo de matones al servicio de una organización del crimen organizado; pero no pudiera ser de otra manera, pues estamos hablando de una dictadura y la policía es su primera línea de defensa, en el afán de someter al pueblo y continuar administrando el país, como si se tratara de una finca, con la mayor dotación de esclavos que haya conocido la humanidad.

Si con Fidel Castro para reprimir las protestas del pueblo y la sociedad civil por mucho tiempo fueron utilizadas brigadas de paramilitares, conocidas como grupos de respuesta rápida, con su hermano Raúl eso cambió, y a las tropas especiales, que muy rara vez actuaban contra el pueblo, pero que nunca han dejado de ser una amenaza, se les sumaron unidades profesionales de antimotines, prueba de que el régimen está preparado para llevar el uso de la fuerza a otros niveles. 

En días pasados fue noticia que un oficial de la PNR golpeó a un estudiante de medicina mientras este se encontraba en una cola para comprar alimentos. El lamentable hecho ocurrió en el municipio San Antonio de los Baños, perteneciente a la provincia de Artemisa, y provocó que al momento la población saliera en defensa del agredido, porque esto es otra cosa que está sucediendo: el pueblo cada vez más se está enfrentado, de manera espontánea, a los abusos de los policías y demás represores.

Lo significativo de este incidente es que, ante los reclamos, el oficial no pudo hacer más que reconocer, a modo de justificación: "es que yo soy un poco violento". Y no es que no lo sea, pero el manto de impunidad con que la dictadura ha cubierto a los policías y otros cuerpos represores exacerba ese comportamiento.

Con respecto al pueblo, las reacciones han comenzado a ir más allá de las palabras, como ocurrió en abril último con un villaclareño de 60 años de edad, que agredió con un machete a un policía en su municipio, Quemado de Güines, a raíz de que el agente los multara con 3000 pesos por no cumplir con las medidas dispuestas para enfrentar a la COVID-19, mientras hacía fila para comprar alimentos. El resultado final fue que este villaclareño terminó con una sanción de ocho años de privación de libertad por los delitos de atentado, desobediencia y propagación de epidemias, este último, a pesar de que ya había sido multado.

Para finalizar, recordemos que en el tiempo que lleva Díaz-Canel al frente del gobierno, al menos son dos los casos de cubanos fallecidos a consecuencia de golpizas propinadas por la policía mientras se encontraban bajo su custodia. 
 
El primero de ellos fue Alejandro Pupo Echemendía, de 46 años, residente de Placetas, quien falleció el 9 agosto de 2018 en una unidad policial de ese municipio tras recibir una golpiza por parte de la policía.

Pupo Echemendía estaba detenido mientras era investigado por un supuesto delito de carreras de caballos.

El otro caso es el de Iván Michel Ponce de León, de 45 años de edad, fuertemente golpeado el 19 de abril mientras se encontraba dentro de la unidad territorial de la PNR en la Habana Vieja, conocida como Punto 30.

Producto de las lesiones sufridas, las cuales incluían serias lesiones cerebrales, falleció el sábado 27 tras pasar varios días ingresado en Cuidados Intensivos del Hospital Calixto García.

 

Relacionados