Otorgan el Premio Nacional de Artes Plásticas de Cuba al pintor Rafael Zarza

El Premio Nacional de Artes Plásticas 2020 de Cuba, fue otorgado este martes a Rafael Zarza en reconocimiento a su polifacética obra como pintor, grabador, ilustrador y diseñador en el panorama de las artes visuales cubanas
El Gran Fascista, obra de Rafael Zarza
 

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El Premio Nacional de Artes Plásticas 2020 de Cuba, fue otorgado este martes a Rafael Zarza en reconocimiento a su polifacética obra como pintor, grabador, ilustrador y diseñador en el panorama de las artes visuales cubanas.

El jurado presidido por la pintora y grabadora Lesbia Vent Dumois, ganadora de la edición anterior del premio anual de artes plásticas, valoró la “sólida obra” y “larga trayectoria” de Zarza, perteneciente a la generación de artistas de la pasada década de los setenta.

Esta vez se distingue la obra de toda la vida de un grabador, una de las expresiones de la plástica menos favorecidas por el galardón, que en Zarza (La Habana, 1944) tiene un gran exponente, según dijo Vent Dumois en declaraciones a la televisión cubana.

Uno de los rasgos distintivos de la creación de este artista radica en la fuerza de su poética, inspirada en el mundo taurino, calificada por algunos especialistas de sarcástica e incisiva de la realidad cubana, quienes destacan sus figuras antropomórficas plasmadas en historias visuales convertidas en fábulas.

El premio Nacional de Artes Plásticas fue instituido en 1994 para reconocer y destacar a los mejores artistas de la plástica cubana.

Se entrega cada año a un creador de las artes plásticas y aplicadas vivo, residente en la isla, por el conjunto de la obra realizada a lo largo de la vida, que constituya un aporte valioso al desarrollo, y se consideran sus logros más relevantes, así como su trascendencia nacional e internacional.

“¡¡¡Al fin...!!! (…) Qué manera de demorar en reconocer a uno de los más grandes de la generación del 70”, expresó el profesor y crítico de arte Hamlet Fernández.

A través del símbolo del toro, “en lo profundo, la obra de Zarza termina siendo un relato de la lucha entre los hombres, de las relaciones de poder, de la violencia, la manipulación, la muerte; pero también hay erotismo, goce del sexo, provocación carnal”, considera Fernández.

 

(Con información de EFE)

 

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