Polvo de arroz hervido, pan y gusanos: la comida de Roberto Quiñones en la cárcel

Aunque el Ministerio del Interior tiene recursos para atender las prisiones, no los utilizan para mejorar la vida de los reclusos. La comida es insuficiente y de mala calidad; no hay medicamentos
cárcel en cuba
 

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Los presos cubanos viven en pésimas condiciones sanitarias, sin alimentación ni atención médica adecuadas. Así lo denunció el periodista independiente Roberto Quiñones, encarcelado en Guantánamo, en una carta enviada al medio independiente Cubanet.

“El viernes 31 de enero le planteé al capitán Ofraine Freinier Lescaille,  jefe de la prisión, que la comida y el desayuno —polvo de arroz hervido— era de pésima calidad y hasta le mostré tres gusanos que encontré en los alimentos. Aunque comenzó admitiendo que había problemas con la comida, terminó justificándose con que las dificultades se debían ‘al intento del presidente Donald Trump de matar por hambre al pueblo cubano”, comenta Quiñones en la misiva.

Aunque el Ministerio del Interior tiene recursos para atender las prisiones, no los utilizan para mejorar la vida de los reclusos. Las inspecciones constantes y las quejas de algunos presos rebeldes no solucionan nada, porque los mandos de la prisión hacen oídos sordos.

“El viernes 24 de enero un recluso se quejó de sufrir acidez estomacal, sin embargo, pasó una semana sin recibir las atenciones de un médico. Cuando finalmente logró ser examinado, el especialista no pudo hacer nada porque no había Cimetidina para neutralizar la dolencia”.

A juicio de Quiñones, las visitas de los fiscales del departamento de Control de la Legalidad en Establecimientos Penitenciarios (CLEP) nunca se hacen en el interior de la prisión para evitar que vean las malas condiciones de vida.

“Hace más de un mes comuniqué al jefe de la prisión que quería ver al fiscal de ese departamento y me respondió que no podía llamar a ningún fiscal por mi caso particular, además que los fiscales solo visitaban la prisión una semana en el mes”, comentó.


Quiñones, de 61 años, fue arrestado el 22 de abril de 2019 cuando se disponía a cubrir el juicio contra una pareja de religiosos procesados por querer educar a sus hijos en su hogar. Luego fue liberado, pero acusado y procesado por presuntos delitos de “resistencia y desobediencia”.

El reportero recibió una condena de un año, sustituido por un año de trabajo correccional con internamiento, pero al negarse a ingresar voluntariamente en el campamento de trabajo correccional, fue capturado en su casa el pasado 11 de septiembre por la policía y trasladado hacia la prisión provincial de Guantánamo para cumplir su sentencia tras las rejas.

Quiñones fue incluido en la lista de One Free Press Coalition, como uno de los 10 casos más urgentes de injusticia contra periodistas en todo el mundo. 

 

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