Si nunca te han atacado las “ciberclarias” en Facebook o Twitter, si tus amistades nunca te recriminaron por tu manera de pensar, si nunca has tenido miedo de hablar alto, si nunca te ha llamado la Seguridad del Estado.
Si nunca muchos de tus amigos, o esa novia que querías, te han dado la espalda por lo que te ha sucedido. Si nunca te han arrestado en medio de la calle. Si nunca te han tenido bajo largos interrogatorios. Si nunca se ha aparecido un agente y te ha dicho que no puedes salir hoy de tu casa. Si nunca te han dado un “paseo interprovincial”. Si nunca te han llamado las agencias de noticias del exterior para dar una opinión. Si nunca se ha aparecido la policía política en tu casa junto a una patrulla y te han llevado detenido.
Si tu nombre no aparece en las estaciones de policía, ni en los hospitales, ni en las morgues después de llevarte la policía, si nunca han llamado a tu madre amenazándote de muerte, si nunca la han llamado diciéndole que un amigo tuyo se murió y se han burlado. Si nunca te han metido preso un 30 de abril. Si nunca te ha parado en la calle un amigo diciéndote que te respeta y te apoya. Si nunca te has plantado en un parque lleno de policías y agentes de la seguridad. Si nunca te ha pasado un tipo en una moto y te ha gritado con todo su odio “Procuren no fallar”.
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Si nunca has marchado. Si nunca te han tenido 72 horas en el calabozo. Si nunca te has embarrado la cara de mierda. Si nunca te lanzaron un auto encima. Si nunca te han mandado a una agente para que sea tu novia. Si nunca han tratado de jaquearte la cuenta. Si nunca te han prohibido salir de tu país, regulándote en el aeropuerto. Si nunca te han prohibido entrar a tu país.
Si nunca te plantaron una patrulla y no te han dejado salir de tu casa el día del décimo cumpleaños de tu hijo. Si nunca la policía te ha dado palos hasta romperte la cabeza y dejarte inconsciente con solo 17 años. Si nunca le han dicho a tus amistades, a tus vecinos, que te cogieron huyendo del país en una lancha “disfrazado de travesti”.
Si nunca te han inoculado una enfermedad mortal, si nunca te asesinaron. Si nunca te han acusado de ser agente de la CIA, si nunca te han acusado de ser “del aparato”. Si nunca le han hecho bullying a tus hijos en la escuela por tu posición política.
Si nunca han censurado tu obra, si nunca has tenido que hacer periodismo detrás de un pseudónimo, sin rostro. Si nunca te han atacado por practicar la religión de tu preferencia. Si nunca han tratado de fabricarte un delito común. Si nunca has vestido de blanco los domingos, si nunca en medio de un interrogatorio te han dicho que ya es hora de que tengas un hijo, para que tu madre no esté preocupada, sabiendo el oficial que tu madre tiene leucemia. Si nunca te has hecho fotos con la bandera. Si nunca has llorado porque te duele tu país.
Entonces, lamento informarte, que has fracasado como influencer en Cuba.